Los últimos capítulos del culebrón formenterés dan miedo. Lo de Llorenç Córdoba es ya una disparatada fuga hacia delante, caiga quien caiga y con unos asesores que o no tienen ni idea o están igual de zumbados que él.
Es gravísimo intentar obligar a los miembros de la Junta de Gobierno a que declaren desierta la adjudicación de los quioscos llevando a un controvertido empresario para que les explique a qué se exponen si no hacen lo que el presidente quiere. En el particular mundo de Córdoba, da igual lo que diga el secretario de la institución porque el experto en consecuencias legales es un tipo que, sin ninguna formación, ha ido a advertirles de que, o hacen lo que dice el presidente, o desfilarán todos por los juzgados. Coacción pura y dura y tipificada en el Código Penal.
Igualmente graves son los argumentos con los que los licitadores mejor valorados por la mesa de contratación han recusado a Córdoba y a su letrada de Recursos Humanos, Teresa Ferrer. Esta última, según el escrito de los afectados por esta locura, habría hecho el informe a favor de la postura del presidente justo después de que la entidad de cuentistas que preside, la OCB, recibiera una subvención directa de 11.000 euros. Los de la estelada llevan el trilerismo y la mamandurria incorporados de serie.
A Córdoba no le queda más salida que la dimisión para no destruir la institución que tanto costó tener. En el mejor de los casos, actúa por capricho y obsesión. Si no dimite, queda una única alternativa. Una moción de censura pactada con la oposición para desalojar de la presidencia a un lunático. No es lo normal pero, a estas alturas, es lo único que permitirá salvar la imagen y la honestidad del Consell y de sus consellers.
4 comentarios
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Un escrito de esta calidad habla mal de quién lo escribe.
masAunTienes toda la razón. Es vergonzoso y muy poco ético ver cómo algunos periodistas recurren a ataques personales tan despectivos como llamar al presidente del Consell 'zumbado' y 'lunático'. Este tipo de lenguaje no solo carece de profesionalismo, sino que también socava el debate político constructivo y fomenta la polarización. En lugar de contribuir al diálogo informado, este tipo de afirmaciones irresponsables solo sirven para sembrar desconfianza y alimentar teorías de conspiración. Como periodista, se espera un nivel más alto de integridad y responsabilidad en el manejo de la información. En lugar de lanzar ataques personales infundados, deberíamos centrarnos en discutir ideas y políticas de manera respetuosa y fundamentada.
El comentario que haces es irrespetuoso y poco profesional. Llamar al presidente del Consell "zumbado" y "lunático" muestra una falta de ética periodística y un desprecio por el cargo y la persona que lo ocupa. Los periodistas tienen la responsabilidad de informar de manera objetiva y respetuosa, incluso si no están de acuerdo con las acciones o políticas de un líder político. Atacar personalmente a alguien y difundir rumores sin pruebas solo contribuye a polarizar el debate público y socavar la credibilidad del periodismo. Es importante criticar las acciones de los líderes políticos de manera constructiva y basada en hechos, en lugar de recurrir a insultos y teorías de conspiración.
Es lamentable ver cómo algunos "pseudo-periodistas" optan por abandonar completamente los principios éticos y profesionales que deberían guiar su labor. Referirse al presidente como "zumbado" y "lunático", mientras se cuestiona su honorabilidad sin ningún respaldo probatorio, es simplemente repugnante. Este tipo de comportamiento no solo revela una falta total de educación y ética profesional, sino que también arroja una sombra sobre la integridad de toda la profesión periodística. ¿Cómo puede alguien autodenominarse periodista cuando sus acciones distan tanto de los estándares básicos de la práctica periodística? Mas bien sois unos charlatanes incapaces de hacer bien vuestro trabajo y siempre con la misma cancion. Es desesperante ver cómo se utiliza este medio para difamar y denigrar al Presidente con insultos gratuitos y acusaciones sin fundamento, además de dañar su reputación. Si yo fuera el presidente Cordoba, sin duda alguna ya habría tomado medidas legales contra estos periodistas y el medio de comunicación que las publica, por difamación. Es hora de que estos "pseudo-periodistas" sean responsabilizados por sus acciones y se les recuerde que el verdadero periodismo se basa en la investigación rigurosa, la verificación de los hechos y el respeto por la integridad de todas las partes involucradas. Repugnante y vergonzoso lo que hacéis, y ojala alguien os frenara un poquito los pies y os enseñara lo que es la educación, que buena falta os hace