Llorenç Córdoba en la Conferencia de Presidentes, este lunes. | miquel angel canellas serra
Cuando un hombre de la talla del fallecido expresidente del Consell de Ibiza y Formentera Antonio Marí Calbet se te pone delante, da igual que seas de derechas o de izquierdas, de morados o de azules, todo el mundo te respeta. El respeto se gana, no se impone. Su saber estar, sus dotes de mando, su férrea defensa de los intereses de Ibiza y Formentera incluso ante los suyos en Palma, le convirtieron en uno de los mejores presidentes que ha tenido la institución. Y me viene estos días a la cabeza la forma tan potente de hablar del señor Marí Calbet, sus ademanes, rudos a veces, cuando defendía sus convicciones. Su inteligencia y su picardía. Y es muy triste que personas como él se vayan y que la vida pública se quede huérfana de cerebros prodigiosos que dedican parte de su existencia a luchar por el bien común y a mejorar la vida de todos, aunque sea solo un poquito.
1 comentario
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Quina vergonya!!! No en te mica. No se com pot anar per Formentera i mirar a sa gent a sa cara