Otro año más de sonrisas, fiestas y mucho dinero público. Ese podría ser un escueto resumen de la principal feria turística nacional. Este evento que aglutina el interés de los que acuden y absolutamente nadie más, es probablemente el evento más sobrevalorado al que acuden nuestros representantes sin una función específica más allá de hacer costosas presentaciones que únicamente ven los propios ibicencos que acuden a ellas.
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1 comentario
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Coincido con usted. Mis preocupaciones: sobre los costos asociados, la percepción de que no siempre se traduce en beneficios tangibles para la comunidad (solo para sector privado) y la falta de sostenibilidad ambiental que incrementa. No hay huevos a hacer un referendum sobre FITUR