Existe una eterna rivalidad entre mallorquines e ibicencos, aunque la animadversión que la fundamenta y nace principalmente en Ibiza. Como cada sitio que está a la sombra de otro más poblado, los ibicencos nos revolvemos cada vez que sufrimos un desequilibrio económico o un desplante del Govern. Es cierto que buena parte de nuestros impuestos financian infraestructuras mallorquinas sin utilidad para los ibicencos y que en la gimnesia mayor se preocupan entre poco y nada de nuestras necesidades. Pero no debemos cometer el error de confrontar dos sociedades por los errores de sus políticos. Cerrar la mente a todo lo que suene a mallorquín o catalán no es más que un vicio provocado por los prejuicios y la ignorancia. Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Compartimos lengua, tradición e historia. Es inevitable que estas circunstancias hayan hecho mella en nuestra idiosincrasia.
Opinión
Mallorca vs Ibiza
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1 comentario
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Muy bien dicho!! Sabias palabras.