La gente socialista o de izquierdas actual votaría al PSOE hoy de Felipe González o Alfonso Guerra?», se preguntaba Estefanía Molina en Cadena Ser. «Ni muerta», respondía Antonio Lorenzo, líder de los socialistas de Sant Antoni. No será necesario que lo jure, porque demuestra un desconocimiento sideral de lo que fue el PSOE de Felipe González. Y no hará falta que saque a pasear a su abuelo antifranquista, porque él no sabe nada de la lucha antifranquista, ni de la transición y mucho menos del legado de Felipe González y Alfonso Guerra.
¿Quién nos lo iba a decir? Socialistas renegando de González y Guerra, posiblemente los dos socialistas que más hicieron para dejarles a los cachorros a medio cocer del PSOE un país medio digno, donde ellos puedan mearse tranquilamente en la Constitución, como Samantha Hudson.
Desde luego, en el PSOE auténtico, el de González y Guerra, ni Pedro Sánchez hubiese prosperado, ni Antonio Lorenzo hubiese sido jamás candidato a alcalde de Sant Antoni, con el único mérito de ser una oveja obediente en tareas de edecán de Pilar Costa y de Pep Marí Ribas ‘Disgustinet'. Muy bien pagado, eso sí. El verdadero PSOE nunca hubiese presentado a la ciudadanía una laguna de ignorancia e irrelevancia política e intelectual, un loro amaestrado que repitiera mansamente las frases que sus superiores le hubiesen enseñado.
En los tiempos de González y Guerra, que fueron, aunque los actuales socialistas ni los conozcan de nada, los de Ernest Lluch, Fernando Múgica, Paco Tomás y Valiente, Enrique Casas, Gregorio Peces-Barba (tan citado últimamente por la presidenta del Congreso, Francina Armengol, que no le llega en nada a la suela de los zapatos), militar en el PSOE era tener principios sólidos, defenderlos a capa y espada, y no variarlos a conveniencia. No como ahora, donde el secretario general y presidente del Gobierno de España, decía hace cuatro años en La Sexta, refiriéndose a la amnistía que ya entonces reclamaban los independentistas para poder seguir haciendo de las suyas sin responder de sus delitos perpetrados con la excusa del Procés en 2017: «Eso es inconstitucional, es ilegal, eso no tiene cabida en nuestro ordenamiento constitucional, si es que el independentismo está atrapado en su propia mentira».
Pero ahora, los socialistas como Antonio Lorenzo se atreven a renegar de los únicos socialistas con cierta dignidad e independientes de la paga del partido, capaces de alzar la voz contra la traición perpetrada por el Partido Sanchista.
Gracias al pacto aberrante firmado en Bruselas el 9 de noviembre, entre Santos Cerdán y Jordi Turull, el que está atrapado en su propia mentira es Pedro Sánchez. El tipo más indigno y más inmoral de cuantos han ocupado la presidencia del Gobierno de España será investido presidente esta próxima semana, pero, como apunta Ignasi Guardans, el Gobierno «está sucio en origen y ese chapapote se les quedará pegado».
Si el PSOE de Pedro Sánchez pensaba pactar la amnistía total con Carles Puigdemont, –que es la derecha neoliberal, independentista, supremacista y, además, corrupta hasta el tuétano en tanto que sucesores de la Convergència de Jordi Pujol–, lo que tenía que haber hecho era explicarlo durante la campaña electoral. Si lo hubiese hecho, todos sus votantes sabrían a qué atenerse; pero como no sólo no lo hizo, sino que negó estar dispuesto a hacerlo, entonces podemos afirmar que Sánchez cometió un fraude, engañando deliberadamente a los votantes.
Y el Gobierno que surgirá de la sesión de investidura es un gobierno «sucio en origen». Fraudulento y tramposo.
Lo único bueno de todo este drama, es que ya no hay caretas, todos están destapados, lo que facilita las cosas a la ciudadanía. Ya todos saben de qué lado está cada uno. Y que el PSOE ha abrazado, a cambio de seguir gobernando, las tesis ignominiosas del independentismo.
Los mismos que se rompen la camisa por el conflicto social en las aulas de Baleares, pero a quienes no les importa lo más mínimo el ataque brutal y sin precedentes, cometido por su partido contra el Poder Judicial, como denuncian todos los operadores jurídicos de forma casi unánime, incluyendo al exjuez José Castro, sólo por conseguir los siete votos de los diputados de Carles Puigdemont.
Fíjense lo preocupados que están los socialistas de Baleares por la paz en las aulas y lo insensibles que se muestran por la paz en los juzgados de todo el país. Eso demuestra lo que nos espera en estos próximos cuatro años de Sanchismo.
4 comentarios
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A Felipe González li van dir de tot i més, es mateixos que ara tenen s'emblema de que "España se rompe". González era el dimoni, i si no ho recorda, Sr. Perpinyà, repassi ses hemeroteques. En el fons, el que passa és lo de sempre: una dreta que vol acabar i eliminar ses llengües que no són es castellà i sotmetre sa perifèria (sobre tot sa que parla català) i fer de Madrid es centre del mon. Ja prou de xorrades, Sr. Perpinyà: un estat democràtic no es construeix damunt s'extermini des que no son com tu, al contrari. Per això el PP va perdre es govern i seguirà sense tenir-lo, almenys mentre mos deixin votar, ja que son capaços de dir que com una part des poble espanyol no vota VOX ni PP, se'l ha de privar del vot. Sánchez serà president amb més vots as Congrés que Felipe a s'any 1989 o que Rajoy a s'any 2018: 179. Sa mala maror que va aconseguir portar el PP a Catalunya s'està acabant. Clar que potser li convé al PP o a VOX que hi hagi enfrontament entre diferents pobles d'Espanya. Si és això, malament anam: guanyar posant odis i menyspreus no déu ser molt polit.
Cambiar de opinión no es nada nuevo, ni en la vida corriente ni en política. Las circunstancias así lo requieren en muchas ocasiones y empecinarse en un criterio o deseo no viable no es coherencia, es tontería. Rajoy dijo bajar los impuestos... y los subió, González pasó del No al Sí en cuanto a la permanencia en la OTAN y a Sánchez los hechos, los resultados electorales, le han han hecho adaptarse a las nuevas circunstancias. La obligación de un candidato a la Presidencia de España es intentar conseguir el respaldo del Congreso; Feijó fracasó y Sánchez parece ser que va por buen camino. No hay más. Estoy convencido de que si el PP no estuviera maniatado y lastrado por VOX y con tanta inestabilidad interna, también hubiera estado dispuesto a entenderse y pactar con Junts. Los nacionalistas catalanes y vascos no han tenido nunca problema en entenderse y pactar con los nacionalistas españoles de PP y PSOE. La agitación social permanente de VOX_PP que sí están llevando a cabo estos días me parece grave y peligrosa. La catalanofobia la empezó el PP con la recogida de firmas contra el Estatut y de aquellos polvos vinieron estos lodos.
Pactan seis partidos diferentes un acuerdo de gobierno y los turbo fachas le llamais dictadura… Por cierto, está pésimamente escrito este artículo. Daos una vuelta por la Facultad primero antes de junta cuatro letras.
... hay pacto... y se ha conseguido sin ningún porrazo de antidisturbio a ninguna ancianita inocente... mira qué bien... y eso es lo que a algunos os fastidia... bueno, hay otras maneras de hacer las cosas, y ahora las estáis viendo, agoreros...