A la Diócesis no le falta personal. | Moisés Copa

Este domingo en la Catedral de Ibiza el obispo Vicent Ribas llevó a cabo la ceremonia de ordenación sacerdotal de dos presbíteros, Ramón Huedo y Fabián Andrés Rodríguez. La Iglesia Católica debe ser el único colectivo profesional, si se me permite la expresión, que no tiene falta de personal. Desdice, de alguna forma, las palabras de Jesús relatadas en el Evangelio de San Mateo (capítulo 9, 37): «(…) la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies». No cabe duda de que la oración, en este caso, ha sido muy útil y los obreros, afortunadamente, no faltan. A diferencia de la inmensa mayoría de sectores profesionales de la sociedad pitiusa, la Diócesis de Ibiza y Formentera no parece estar falta de trabajadores. En medio de toda esta actividad turística frenética y de eufórica modernidad, la Iglesia ha logrado mantener su influencia y reclutar nuevos miembros para el clero. Mientras que otros colectivos y sectores luchan por encontrar suficiente personal para cubrir sus necesidades, la Iglesia parece haber encontrado una fórmula que garantiza un flujo constante de vocaciones; ha demostrado ser resiliente y adaptarse a los tiempos modernos. La Iglesia parece prosperar, a la vez que otros sectores esenciales se encuentran con graves dificultades para cubrir sus necesidades de personal. La educación, la atención sanitaria y otros servicios públicos a menudo luchan por atraer y retener profesionales cualificados, lo que tiene un impacto significativo en la calidad de vida de la población pitiusa. La ordenación de nuevos sacerdotes es un recordatorio de que en una isla donde la diversión y el entretenimiento son el plato principal, hay personas que eligen un camino espiritual y comprometido con la comunidad. Quizás ayude el hecho de tener vivienda garantizada. Alguna ventaja tenían que tener.