El espectáculo montado por el PSOE de Ibiza alrededor de la cada vez más esperpéntica denuncia de la interventora del Consell contra el presidente de la institución va más allá de lo lamentable. Y la vida, que tiene estas cosas, ha colocado horas después a los socialistas, con Agustinet a la cabeza, en una tesitura de lo más desagradable, con la detención de uno de sus representantes por presuntos chanchullos urbanísticos.
Mientras escribo esta columna, Gelu Guerrero, alcalde aún en funciones de Sant Josep, sigue en un calabozo, tras haber pasado todo el día de ayer en el Ayuntamiento viendo cómo la Guardia Civil destripaba el departamento de Urbanismo buscando aún no se sabe qué. ¿Cuál ha sido la reacción del PSOE de Agustinet? Un comunicado diciendo que respetan las «diligencias judiciales» (¡como para no respetarlas!) e insinuando que la culpa es de todos menos suya. Pep, hazte así en la nariz que se te ha quedado pegada una alcaldía.
Estos son los mismos que llevan meses arremetiendo contra el presidente Marí por la denuncia de la interventora, ahora defendida por un abogado que le está haciendo un flaco favor a las mujeres en general con sus grotescas peticiones. Los mismos que, tan ofendiditos, se rasgaban las vestiduras porque Vicent Marí no daba explicaciones de un supuesto escándalo que, la verdad, tiene toda la pinta de ser un montaje mafioso. Desde las filas del PP se observa con prudencia la detención de Guerrero y el registro del Consistorio josepí. El alcalde electo, Vicent Roig, ha preferido no pronunciarse «hasta que no estén claras las cosas». La misma postura que mantuvo Marí cuando se conoció la imputación de Rafa Ruiz en el caso Puertos. Una postura sensata que, como mínimo, evita agravar la llamada «pena de telediario» para los afectados. Nada que ver con lo que practican Agustinet y su tropa. Por eso, entre otras cosas, están donde están desde el 28 de mayo.
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