Hay quien opina que se vulnera la intimidad de Rafa Ruiz por informar de su visita con unos amigos a Hard Rock Hotel Ibiza. Nada más alejado de la realidad, porque él es muy libre de ir donde le plazca y no sería noticia si no fuera porque él mismo aborrecía el lugar que ahora visita. Seguramente sea porque ahora haya cambiado de opinión y ya no cree que las discotecas del Grupo Matutes sean molestas para los ibicencos ni incumplan la normativa. O quizás sigue pensándolo, lo que no le impide ir allí de marcha, porque una cosa es el ocio y otra el trabajo. Pero reflexionen sobre lo siguiente: si a un político en activo, beligerante defensor de abolir la prostitución (por poner un ejemplo), un día se le ocurriera irse con unos amigos a celebrar una despedida de soltero a un table dance, parece del todo lógico que no podría parapetarse en su sacrosanta libertad ni en su derecho a la intimidad para librarse de que tan torcido proceder le librase de ser noticia y de la consiguiente crítica periodística. Si algo puede exigirse a cualquier líder político como es al alcalde de Eivissa y secretario general de la agrupación socialista de Vila, es coherencia y ejemplaridad.
opinión
La fiesta de Rafa Ruiz
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En menudo panfleto metes tus "opiniones"... patéticos, sois patéticos.