Soy un privilegiado. Sí, sé que lo escribí la semana pasada y que muchos de ustedes pensarán que soy un pesado. O eso o que ya no tengo nada sobre lo que escribir. Pero es que es verdad. Tengo una madre genial y divertida que con el paso del tiempo se ha convertido en mi amiga y confidente y con la que me río y comento mil y una aventuras.
Tengo un pequeño terremoto por hijo que, mientras se me cae la baba, me sigue enseñando esta profesión de ser padre que no se estudia en ningún colegio o universidad. Una ex mujer fantástica y luchadora con la que afortunadamente me llevó muy bien y unos compañeros que siempre me aguantan cuando llego con el día malo, arisco y gruñón. Más amigos de los que merecería, esos que son de verdad y con los que siempre se puede contar cuando vienen mal dadas. Una familia fabulosa de la que me siento muy orgulloso y unos primos que, a pesar de no verlos tan a menudo como querría, cuando nos juntamos es como si nunca hubiera pasado el tiempo. Pero, sobre todo, soy un afortunado por haber tenido el padre que tuve. Hace ya tres años que el Rober se nos marchó.
Un triste 16 de noviembre y como siempre sucede con estas cosas se fue antes de lo que él mismo merecía y de lo que todos hubiéramos deseado. Es cierto que nos dejó cuando le quedaba tanto por disfrutar pero también que fue alguien tremendamente feliz que nos transmitió un ejemplo y una forma increíble de entender la vida. Siempre con una sonrisa y hasta el último momento con una broma, siempre estaba dispuesto a ayudar mientras repetía una y otra vez aquello de «cada día mejor» y «seguimos».
Un ejemplo a seguir para los que venimos detrás porque, aunque les suene a friki, sigo creyendo que esté donde esté nos sigue echando una mano cuando la cosa se pone chunga repitiéndonos, medio en broma medio en serio y con su eterno gesto de pillo, aquello de… «todo es una p… mentira». Por eso, siento si me repito. Pero es que soy un privilegiado por haber tenido el padre que tuve. Gracias Rober por tanto.
1 comentario
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los privilegiados somos nosotros por tenerte en nuestro circulo. Y sobre todo Aitor, que siempre tendrá un niño para jugar con el. :)