El nuevo horario de los bares ibicencos es como un coitus interruptus. Con una vara de mimbre obligan a cerrar a las cinco de la tarde por eso de los pitones envenenados del virus, cargándose la civilizada sobremesa y la ceremonia del café, para luego reabrir de ocho a diez. Eso supone un anticlímax que fuerza a malabarismos con el personal y jugar perversamente con los santos bebedores, hoy estigmatizados como irresponsables imberbes en el patio de colegio de la dictadura vírica.
Coitus interruptus
También en Opinión
- Abandono animal en Ibiza: Max lleva cinco años en sa Coma esperando un hogar
- Reino Unido pide a sus ciudadanos que 'pasen' de Ibiza y vayan a esta otra isla española
- El Defensor del Paciente denuncia que ocho personas murieron por negligencias médicas en Baleares en 2024
- Madrugada gélida en Ibiza con temperaturas de 0,4 grados
- El terrible apuñalamiento en Ibiza viene de una pelea del pasado mes de octubre
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.