Roberto, mi padre, repetía cada cierto tiempo una especie de mantra: «Los españoles llevamos dentro un seleccionador de fútbol, un presidente del Gobierno y un juez y por eso creemos que podemos criticar todo lo que nos dé la gana». No seré yo quien limite el derecho a la pataleta, al enfado o a la crítica, entre otras cosas, porque siempre he creído que esta última si se hace de forma educada y fundamentada puede hacer mejorar al aludido. Desgraciadamente, ahora que también todos llevamos dentro un médico, un epidemiólogo o un gurú de la seguridad, las críticas han dejado de ser, precisamente críticas, para ser ataques contra el que hace las cosas de una forma distinta a la nuestra. Además, las redes sociales y ciertos programas de mensajes para teléfono móvil, con la facilidad que dan para escribir desde el anonimato o tu sofá, son el caldo de cultivo perfecto para atacar muchas veces sin respeto lo que no nos gusta.
Opinión / Manu Gon
No perdamos el respeto
15/05/20 4:01
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2 comentarios
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Justament és sa gent des carrer -sa que té sentit de compromís- sa qui ha d'aturar es ànims a aqueixos impresentables, per molt diputats que siguin o precisament perquè ho són, i una manera clara de fer-ho, però no s'única, és no votant-los. També es pot fer criticant-los públicament com en aquest article o mobilitzant-se per causes justes. Perquè aqueixos impresentables, a més, no només són perillosos en sa forma sinó sobretot en es fons d'allò que pretenen
Para ser un artículo de opinión de un "humilde periodista de un diario local" es digno de publicarse en un periódico nacional o internacional. Verdades como puños en una España cainita. Como país somos un despropósito, como ciudadanos somos bastante mediocres. Totalmente de acuerdo con el articulista.