IBIZA INICIO DESESCALADA MAYORES 14 AN~OS EN PLAYA DEN BOSSA Y FIGUERETAS | Marcelo Sastre

La maldita pandemia y la necesidad de mantener el estado de alarma en toda la nación ha provocado la práctica paralización de nuestro entramado empresarial, comercial, industrial y laboral. Las actividades no consideradas esenciales han permanecido cerradas a cal y canto durante varias semanas y a día de hoy muchas de ellas están todavía con la persiana bajada y, sin duda, algo así tiene consecuencias negativas sobre la economía global de nuestro país y sobre las economías familiares.

El escenario por el que estamos transitando está plagado de obstáculos y resulta complicado moverse en el mismo, pero esto no es lo más grave, ya que el futuro inmediato que nos espera es tremendamente incierto. Una vez que se empiece a ganar el pulso al coronavirus y haya que afrontar una difícil desescalada, hará falta mucha buena voluntad por parte de todos para plantarle cara a la realidad con la que nos podemos encontrar según todos los vaticinios.

Los próximos meses van a resultar tremendamente difíciles en la totalidad del territorio nacional. Ahora bien, de forma inmediata los que más complicado lo van a tener serán aquellos territorios en los que toda su actividad gira en torno al turismo. Todo ello hace que nuestras islas sean uno de esos territorios que más sufrirán para conseguir recuperar el pulso de la actividad y, por tanto, de la economía.

No podemos olvidar que a estas alturas del año ya estábamos inmersos en una frenética actividad, preparando la temporada estival que empieza. La mayoría de hoteles ya estarían abiertos y empezaríamos a ver, como cada año, cómo empezaban a merodear por nuestras playas, calas y pueblos los turistas que cada año nos visitan. Con ello los restaurantes, los bares, los chiringuitos y los comercios de las más variopintas actividades también estarían iniciando esta temporada de 2020.

Pero eso, a día de hoy, ha pasado a ser pura ficción y todo el dinamismo que estaríamos derrochando se ha transformado en incertidumbre y preocupación. Los hoteles no han abierto, ni se sabe a ciencia cierta que, cuando puedan hacerlo, les vaya a interesar, fundamentalmente debido a una incierta rentabilidad. Son muchos los condicionantes que habrá que tener en cuenta a la hora de decidir retomar la actividad en todos los sectores vinculados al turismo. No sólo habrá que estar pendientes de la evolución de la pandemia en nuestras islas, sino que también nos veremos supeditados a lo que vaya ocurriendo en los países de origen de nuestros visitantes habituales, así como a la mayor o menor reactivación del trafico aéreo doméstico e internacional y todo ello hace que, sin duda, sean muchas las cosas que preocupan en estos momentos.

Y ante esta complicada situación que ya tenemos encima, no se puede dejar abandonados a su suerte ni a las grandes empresas, ni a los autónomos, ni a los trabajadores; ya que las dificultades que se avecinan afectarán a todos sin distinción. De aquí que ahora, más que nunca, es de esperar una reacción plenamente responsable de las administraciones locales, insulares y autonómica y que, con una coordinación plena y absoluta, se pongan todas ellas a trabajar con un solo objetivo común: superar el enorme escollo que será esta temporada estival para nuestra principal industria, el turismo.

La subsistencia del modelo de vida al que estamos acostumbrados en Eivissa y Formentera dependerá de la capacidad de nuestros gobernantes para coger el timón del barco en la travesía del temporal que nos va a azotar. Todos sin excepción deberán remar con decisión y el que no esté dispuesto a hacerlo es preferible que simplemente se aparte y deje trabajar a los demás. Hay que desterrar temporalmente los idearios políticos y centrarse en aportar lo que haga falta para superar el obstáculo que va a ser esta temporada 2020 y hacerlo dejando la menor cantidad de heridos posible por el camino.

El único objetivo que se debe tener en mente es afrontar una situación de emergencia global. Hay que olvidar todo tipo de inversiones que busquen básicamente un lucimiento personal y centrarse en reconducir los presupuestos de todas nuestras administraciones a la reactivación de nuestra economía y con ello garantizar la subsistencia de cara al futuro de nuestros trabajadores, de nuestros comercios y de nuestras empresas, priorizando en todo momento y sin especulaciones el futuro de nuestra sociedad en general.