Opinión/Pere Bonnín, escritor
Campesinos y artistas
23/06/19 7:38
En 1979 viajé a Bulgaria como delegado de EFE. Tres catalanes cortaban el bacalao en la embajada de España: el embajador Josep Trías de Bes, el secretario Delfí Colomer y el canciller Josep Navarra, el único superviviente con quien me une una estrecha amistad. Se hablaba el idioma del Consolat de Mar, además del búlgaro y de la lengua del imperio castellano. Bulgaria, un lugar perdido tras el telón de acero, tenía fama de comunista duro porque mantenía buena sintonía con el Kremlin.
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