A nadie le gustan los hospitales. Hay que ir, pero reconózcalo, no se iría a un hospital un sábado por la mañana por gusto. A los niños les gustan menos. Los pequeños no son muy amigos de las batas blancas, ni de los quirófanos, ni de las camillas. Ni siquiera de las salas de espera. Cuando van por primera vez a un hospital puede picarles la curiosidad. Una sencilla revisión tal vez no deje mal sabor de boca. Pero cuando la visita es por enfermedad y tienen que volver, cuando ya saben lo que les espera allí dentro, a veces lloran, gritan y patalean. Sienten miedo solo de olerlo. Ante la enfermedad a veces no solo vale la medicina. Parte de la terapia es el modo de tratar al paciente. La risa o el juego pueden amortiguar muchos malos ratos. Es algo que cada vez más hospitales tienen en cuenta y que los pacientes, más si son peques, agradecen.
Opinión/Laura Martínez Expósito
Se puede reír en el hospital
Eivissa31/05/19 4:01
También en Opinión
- Ibiza tramita un multazo de 450.000 euros por un piso turístico que alquilaban italianos y españoles en Airbnb
- Habla el mallorquín furioso por ser multado en Ibiza: «En Palma puedes aparcar la moto en zona azul sin pagar»
- Drama de la vivienda en Ibiza: retiran la caseta de obra en la que vivían un padre y su hijo en una carretera
- «Trabajo desde que tengo uso de razón»
- La ciudad de Ibiza arranca la Navidad con una feria especial y llena de sorpresas
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.