Es un médico de vocación que, por lo que parece, se desvive por sus pacientes. Pues bien, lleva un tiempo diciendo que se está planteando irse de Balears. El decreto 8/2018 de capacitación lingüística del personal estatutario del Servicio de Salud de las Illes Balears, le obliga a acreditar su nivel de catalán en cualquier proceso para mejorar o modificar su situación profesional. Lo mismo le pasa a la cardióloga de mi tía, excelente en su campo, pero que no habla catalán. El CSIF informó el martes de que había decidido recurrir este decreto, que bloquea «de manera ilegal el derecho a la Carrera Profesional y a la Movilidad Voluntaria». La lengua debe considerarse como un mérito que sume, pero no reste, valor a la calidad asistencial de la Sanidad Pública. Estos dos profesionales de la sanidad que comentaba se plantean irse, pero otros no se pueden ni plantear venir. No tienen el nivel de catalán. Y no andamos precisamente sobrados de médicos como para ponernos así de exquisitos. Seamos sensatos. Desde luego que hay que cuidar la lengua catalana y fomentar su uso. Es una de las riquezas que tenemos. Pero cuidarla no significa imponerla en todos los ámbitos. Y menos cuando eso empeora la atención sanitaria a mi abuela. O a la suya.
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
Habrá quien diga que 10 años son suficientes para haber aprendido... pero no es lo mismo entender catalán (incluso hablarlo) que aprobar un examen de B1. Si se quiere fomentar que sea un mérito y cuente como puntos. Antes contaba más que la tesis... se ve que es mejor que los profesionales se dediquen a sacarse el título que a investigar o hacer cursos de otras cosas (pero ya vemos donde nos quieren llevar los políticos).