OPINIÓN | Lucas Ramón Torres, sacerdote
3º domingo de Cuaresma (Jn 2,13-25)
En el libro del Levítico consta que todo israelita tenía que ofrecer como sacrificio en la fiesta de la Pascua, un buey o una oveja, si era rico; o dos tórtolas o dos pichones, si era pobre. El atrio exterior del Templo o patio de los gentiles se llenaba de vendedores, cambistas, mercaderes, con las consecuencias que podemos imaginar: ruído, vocerío, mugidos, estiércol... Dicho espectáculo existía con el permiso tácito de las autoridades del templo, que obtenían así buenos ingresos. Entonces, Jesús hace una afirmación trascendental: «No hagáis de la casa de mi Padre un mercado». Llama a Dios Padre suyo y actúa con gran contundencia, se proclama ante todos el Mesías Hijo de Dios. Ante la actuación de Jesús los judíos replicaron: ¿ Qué señal nos das para hacer esto?. Respondió Jesús : «Destruid este templo y en tres días lo levantaré».
También en Opinión
- Okupación en Ibiza: el dueño del piso okupado por unos magrebíes en Sant Antoni sigue esperando respuesta judicial
- Multa de hasta 15.000 euros para quien tiró a cuatro perritos recién nacidos a un contenedor de basura en Ibiza
- Gangas, miel y mucho sol en una de las ferias más populares de Ibiza
- Cientos de medusas velero «invaden» la Bahía de Sant Antoni
- A juicio por quedarse con más de 400.000 euros con declaraciones falsas a Hacienda de una empresa que asesoraba
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.