Pero sería iluso conformarse con esto. En primer lugar, esta web es una de tantas entre otras cientos en diversos idiomas. En segundo, pedir información no significa comprar un billete y una estancia. Y en tercero, muchos de los que nos investigan lo hacen por motivos ajenos a nuestro turismo.
En realidad es una incógnita, en mi opinión, el futuro de nuestras Pitiusas. Sabemos que hay una base de al menos dos millones que buscan vacaciones con drogas, música y sexo. Más allá de esto no sabemos nada.
Hay una cierta cantidad de gente a la que enferma nuestro éxito. No es solo envidia, es la competencia empresarial. Hace muchos años que se pretende dar con la tecla del éxito de Ibiza. Yo lo he dicho muchas veces y no me importa repetirlo: el secreto es la propia Ibiza. Nuestra isla ya tenía éxito en los años 50 y en los 60, cuando no existían las infraestructuras de transportes y viajes. Ibiza triunfaba en el mundo subterráneo (beats), secreto (hippies), entre gente que entiende (gays) y entre viajeros con pretensiones antropológicas: muchos cientos de pintores, escritores, arquitectos y creadores conocían la isla y se refugiaban, sin promocionarla. La gran promoción empezó a partir de 1970 y el resultado ya lo conocemos todos: La destrucción de Ibiza se ha convertido en un gran negocio que sale en Bolsa. O sea, la destrucción de todo aquello que nos hace únicos.
Por lo demás, no es muy esperanzador el resultado de la encuesta. Los ingleses seguirán viniendo mientras haya cerveza, sexo y discotecas, porque está cerca y hay seguridad. Los alemanes ya nos han hecho la cruz en varias ocasiones y será difícil recuperar ese mercado. Los holandeses vienen por una promoción televisiva muy efectiva, pero no son suficientes. Los portugueses son una anécdota insignificante. Los rusos no han vuelto a encontrar la puerta de entrada. En fin, no malgastemos cohetes.
@MarianoPlanells
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