Mañana, lunes 1 de enero del nuevo año, no es sólo el primer día del año, sino también la Jornada Mundial de la Paz, establecida por el Beato Pablo VI en 1968 y con esa ocasión cada año el Sumo Pontífice envía un mensaje, bajo un lema a todas las autoridades estatales del mundo. Desde entonces, pues, hemos tenido ya 51 estupendos mensajes que son una gran ayuda para que la paz sea la forma de vivir en el mundo.
Este año el Papa Francisco ha puesto como lema: «Migrantes y refugiados: hombres y mujeres que buscan la paz» y con ese motivo el pasado día 13 de noviembre firmó el mensaje de este año, en el cual pide una actitud de acogida, comprensión y generosidad con los migrantes y refugiados que abandonan su patria huyendo de las guerras y la miseria y en búsqueda de una vida digna. En este texto, el Sumo Pontífice, recordando que son más de 250 millones de migrantes nos dice que «Con espíritu de misericordia, abrazamos a todos los que huyen de la guerra y del hambre, o que se ven obligados a abandonar su tierra a causa de la discriminación, la persecución, la pobreza y la degradación ambiental». Y por eso reclama a los gobiernos unas políticas comprometidas y responsables: «Los gobernantes tienen una responsabilidad concreta con respecto a sus comunidades a las que deben garantizar los derechos que les corresponden en justicia y un desarrollo armónico”.
Migrantes y población local de los países de acogida forman parte de una misma familia, recuerda el Papa. La mirada contemplativa, alimentada por la fe, ayuda a “reconocer que todos, tanto emigrantes como poblaciones locales que los acogen, forman parte de una sola familia, y todos tienen el mismo derecho a gozar de los bienes de la tierra”.
Ante esa situación Papa Francisco en su mensaje nos propone una acción para ayudar a los refugiados, migrantes y víctimas de la trata de personas a alcanzar la paz. Esa maniobra debe estar articulada alrededor de cuatro acciones: acoger, proteger, promover e integrar.
Y esas acciones nos las explica del modo siguiente: Acoger: “Recuerda la exigencia de ampliar las posibilidades de entrada legal, no expulsar a los desplazados y a los inmigrantes a lugares donde les espera la persecución y la violencia, y equilibrar la preocupación por la seguridad nacional con la protección de los derechos humanos fundamentales”. Proteger: “Nos recuerda el deber de reconocer y de garantizar la dignidad inviolable de los que huyen de un peligro real en busca de asilo y seguridad, evitando su explotación”. Promover: “Tiene que ver con apoyar el desarrollo humano integral de los migrantes y refugiados”. Integrar: “Significa trabajar para que los refugiados y los migrantes participen plenamente en la vida de la sociedad que les acoge, en una dinámica de enriquecimiento mutuo y de colaboración fecunda, promoviendo el desarrollo humano integral de las comunidades locales”.
Acogiendo, pues, estas buenas y nobles enseñanzas de Papa Francisco, seamos personas que promueven la paz, la libertad, el bienestar de todos y muy especialmente de los más necesitados.
Así, pues, al desear a todos, a todos sin excepción, de Ibiza y Formentera, estad dos maravillosas islas donde me corresponde presidir y dirigir la vida de la Iglesia católica, un buen y feliz año nuevo civil que empezamos mañana, gracias a Dios, que seamos personas buenas y felices haciendo el bien a favor de todos sin excluir a nadie.
¡Buen día de la paz! Y Deseo a todos y cada uno que el Nuevo Año te traiga mucha FELICIDAD, SALUD y buena SUERTE. ¡Feliz Año Nuevo!
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