Hay profesores con vocación de instruir y preparar a los alumnos y muchos lo consiguen a pesar de la presión ambiental de los adoctrinadores, licenciados cuyo misión no es solo enseñar las asignaturas sino inculcar el virus del odio a niños indefensos, sin importar los medios. Solo importan los fines: hay que enraizar la idea de que Cataluña es un país -una nación, dicen ellos- humillado durante siglos y represaliado por Franco, con una lengua prohibida y perseguida. Por supuesto han de añadir que Valencia y Baleares fueron conquistadas por el rey catalán Jaume I. Un héroe catalán, dicen en un video, o catalana la bandera de Aragón. Los niños viven estos desvaríos como un tebeo y van interiorizando estas barbaridades. Propósito conseguido.

Estos lavados de cerebro son constantes. No se contentan con el horario lectivo o dentro de las aulas, también tienen sus chivatos que ejercen de comisarios políticos en tiempos de ocio y en el recreo. Presionan de forma incesante a los chicos. O les organizan actos festivos, correllenguas, gymkanas y actos que les permiten huir de las aburridas aulas de clase.

Los alumnos con mayor personalidad prescinden de este Catecismo Catalanista e ignoran a los adoctrinadores. Pero otros sucumben. No hay mucha diferencia entre estos adoctrinados y otras víctimas captados por sectas nocivas. La desprogramación es muy complicada y necesita de mucho tiempo.

Es inútil que les expliques que Cataluña no es un país ni una nación sino una comarca formada por condados que se pasaron más de mil años matándose entre sí o que Franco les benefició plantando un cinturón industrial que negó al resto de España y la lengua catalana, de haber estado perseguida actualmente no la hablaría ni la tieta de Llach, ni Mariano Villangómez podría haber publicado en catalán libros en los años 50, incluso antes.

Obviamente, Jaume I, nacido en la actual Francia, no era rey catalán, sino de la Corona de Aragón y Valencia y no fue repoblada con catalanes sino en su mayoría aragoneses, navarros y castellanos. Mucho menos Ibiza, que somos fenicios.
@MarianoPlanells