Carles Puigdemont tiene la desfachatez de pedir «medicación internacional» para resolver el problema que él mismo ha ayudado a crear en Cataluña. Lo malo es que hay unos cuantos bienpensantes que le secundan. Lo mismos que esos bienpensantes reclaman con una ingenuidad infantil que hay que negociar con Puigdemont y compañía.¿Negociar con quiénes han roto con la Constitución? ¿Negociar con quienes han provocado la mayor crisis desde la reinstauración de la democracia? ¿Negociar con un grupo sedicioso?.
Así que en estos tiempos revueltos y de tantos pusilánimes echo de menos a Adolfo Suárez. Y que conste que nunca he militado en la nostalgia y mucho menos en la creencia de que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Pero habida cuenta de la gravísima situación por la que atraviesa nuestro país, mucho más que cuando el 23F, pienso que ninguno de los actuales líderes políticos tiene el coraje para afrontar esta situación. Bueno, no es exacto. Hay uno político, Pablo Iglesias, al que le supongo coraje, nervios de acero y determinación para llevar adelante cuanto se proponga. Lo malo es que Iglesias quiere acabar con lo que el llama el «régimen del 78», que es tanto como acabar con el periodo no solo más prospero sino en el que hemos podido disfrutar de las mayores libertades en España.
Hay que añadir que además la solución de Iglesias para el problema catalán, es en mi opinión desacertado.
Así que comprenderán que eche de menos a Adolfo Suárez. No sé que es lo que habría hecho en esta situación pero de lo que estoy segura es que no se habría cruzado de brazos a esperar que escampe y que habría intentado buscar una solución. Una solución dentro del marco de la Constitución.
Tanto Mariano Rajoy como Pedro Sánchez carecen de capacidad de liderazgo social y desde luego de ese coraje que marca la diferencia entre ser un político del montón a ser un líder.
Rajoy deja los problemas pudrirse perdiendo un tiempo precioso para actuar. Mientras que Sánchez no deja de improvisar y nunca se sabe realmente dónde está. Defiende el Estado de Derecho pero de aquella manera que es ni si ni no sino todo lo contrario. En cuanto a Albert Rivera... que quieren que les diga, es verdad que en esta crisis está sabiendo mostrar firmeza, pero en los últimos tiempos aparece desdibujado y eso que ya digo que mantiene un discurso consistente a la hora de responder al grupo de sediciosos que forman Puigdemont y Junqueras y sus socios de la CUP.
¿Y Felipe González o José Mª Aznar? Se preguntaran algunos. Bueno no tengo la menor duda de que González tal y como él mismo ha dejado dicho, habría aplicado hace tiempo el artículo 155 de la Constitución evitando que se llegara a la farsa del 1 de octubre. Para eso González no habría tenido complejos. Y solo hay que escuchar las recientes declaraciones de Alfonso Guerra para saber que habría hecho el PSOE de antaño. Guerra lo ha dejado bien claro: con golpistas no se negocia.
Uno de los grandes errores del PSOE actual es haberse dejado influir por los independentistas criminalizando la aplicación de este artículo, que es tan constitucional como el resto de la Carta Magna.
En cuanto a Aznar... ¡uf! me pongo en lo peor. A saber como habría decidido parar esta aventura de sedición de Puigdemont y compañía.
De manera que visto los líderes que tenemos al día de hoy no puedo dejar de sentir un temblor.
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