El próximo jueves, en toda la Iglesia católica, y entre nosotros de una forma especial en la Parroquia de Santa Cruz en Vila, se celebrara la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, una fiesta que nos ha de mover a comprender la importancia y la enseñanza que la Cruz tiene para nosotros. Además de la fiesta también dedicada a la Cruz el 3 de mayo, esta fiesta del 14 de septiembre está basada en la veneración de las reliquias de la Cruz de Cristo en Jerusalén, miras ser recuperadas de las manos de los persas por el emperador Peraclito. Según manifiesta la historia, al recuperar el precioso madero el emperador quiso cargar la cruz como había hecho Jesús por la ciudad de Jerusalén, pero tan pronto como puso la cruz en su hombro e intentó entrar el recinto sagrado, no pudo hacerlo y quedo paralizado. El Patriarca Zacarías que iba a su lado le indicó que todo aquel esplendor imperial iba en desacuerdo con el aspecto doloroso y humilde de Jesús cuando iba por las calles de Jerusalén. Entonces el emperador se despojó de su atuendo imperial y con simples vestiduras avanzó con seguridad, seguido por todo el pueblo hasta dejar la Cruz en el sitio donde antes era venerada.
La Cruz es importante venerarla, aprender de ella y, como Jesús, llevarla también nosotros bien. El domingo pasado, el 3 de septiembre, el Evangelio de San mateo que escuchamos en la Misa, nos presentó el anuncio que Jesús hizo a los suyos de su pasión y muerte en la Cruz, ante lo cual Pedro reaccionó diciendo que eso era una cosa absurda e i sostenible. Jesús le dice que esa afirmación es fruto de Satanás y como Jesús actúa siempre con amor no pretende echar del grupo a Pedro sino corregirle y así les dice entonces a Pedro y a los demás apóstoles y ahora a nosotros : «El que quiera venirse conmigo, que se nieve a sí mismo, que carguen no su cruz y que me siga» (Mt 16,24).
Y ¿qué cosa es la cruz? Es el cumplimiento de la voluntad de Dios, nuestro deber de cada día, el trabajo, la profesión, las tareas que el Señor nos confía, viviendo de acuerdo con sus palabras, con sus mandamientos y sobre todo viviendo el mandamiento del amor que es el gran programa que el cristiano ha de llevar a cabo.
Que esta fiesta de la Cruz nos haga que cuando veamos una cruz en un templo, en una pared de nuestro hogar, en algunas aulas de buenos colegios, en nuestra medalla al cuello, etc venga para nosotros ese mensaje maravilloso que la Cruz nos deja, ese mensaje de que Dios es amor, que actúa con misericordia y la manifestación más. Lara de eso es la vida y la actuación de Jesús.
Jesús pasó por el mundo haciendo el bien y nunca el mal, buscando el bien de cada persona, sin excluir a nadie, practicando el verdadero y buen amor. Y en la Cruz Jesús no cambia, sino que es el mismo: el que perdona, el,que facilita ir a la vida eterna, el que nos confía la protección del Padre, el que disfrutando de la compañía y cercanía de su madre María nos Landa a todos como Madre nuestra.
Mirara la cruz siempre,me de forma especial en este día de su fiesta es una enseñanza positiva para nosotros, una enseñanza que nos recuerda quién es Jesús, que hacía Jesús y como hemos de ser nosotros y que tenemos que hacer.
La cruz comenzó inmediatamente a producir sus frutos; el centurión que mandaba el piquete de ejecución al expirar Jesús y ver cómo se había portado exclamó: «Verdaderamente este hombre era hijo de Dios»; la muchedumbre que abría acudido al Calvario a ese espectáculo dice San Lucas que «al ver lo que pasaba, se volvieron golpeándose el pecho» (Lc 23,48). El fruto que nos da la Cruz es el arrepentimiento y la nueva vida que brota del costado abierto del Salvador.
Que un año más, la fiesta de la Exaltación del la Santa Cruz nos produzca esos. Un os frutos a todos en nuestra vida.
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