J. M. PerpinyàEivissa27/04/17 6:53
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Procede felicitar efusivamente al equipo de gobierno de Sant Antoni de Portmany por su tarea de denigración de la labor de todo funcionario público que ose criticar o poner objeciones a su gestión, plagada de irregularidades y veremos si también de ilegalidades. Una gestión que desprecia las leyes de forma tan ostentosa y que purga a cualquier funcionario que advierta de ello, ya sea el jefe de la Policía Local o el interventor municipal, merece un autobús propio de esos que Podem y Hazte Oír han puesto de moda. Los mandamases de Sant Antoni que gobiernan el municipio como si fueran señoritos en su cortijo, donde solo rige su real gana y nada más, van sumando damnificados a su ya larga lista de trabajadores públicos laminados por hacer su trabajo. Comenzaron con las manifestaciones de burla y desprecio hacia la Policía Local. Continuaron con el propio jefe del Cuerpo, al que pretenden echar del cargo tras haber denunciado a la concejala Aída Alcaraz por acoso laboral. Ahora le ha llegado el turno al interventor municipal, que tras elevar un informe alertando de la ilegalidad continuada que está perpetrando el equipo de gobierno con el alcalde Pep Tur ‘Cires' al frente, con los contratos menores que adjudica excediendo del importe máximo permitido o con duración excesiva, ha tenido que recurrir a la baja médica. El alcalde se negó a debatir sobre el asunto en el pleno de febrero, ignorando con evidente desprecio, que se trata no de su dinero, con el que hará lo que le dé la gana, sino con el dinero de los vecinos de Sant Antoni. Lo que comenzó siendo una pandilla de gamberros pasándose de graciosos en las redes sociales ha devenido, como suele suceder, en una banda que disfruta pisoteando la ley, triturando a quienes no doblan el espinazo y enviando al psiquiatra a todo aquel que no les ría las gracias.