No acabo de entender las razones que pueden tener los políticos con mando en plaza y responsables del buen funcionamiento del transporte público en autobuses, y me refiero a que no tratan de mejorar el servicio en la capital insular y con los otros municipios. El último despropósito ha sido la idea de transportar en ferry a la gente que tenga que viajar entre Eivissa y Santa Eulària, por aquello de que la carretera actual no puede soportar tanto tráfico. Sólo falta que Gian Andrea di Terlizzi nos proponga arreglar el desmadre montando bicicletas.
Lo peor es que pasan los años, unos sobre otros, y no hay manera de que tengamos paradas decentes, mejor información sobre horarios y más frecuencia para que la gente deje el coche en casa y suba a un autobús de línea. Pues no señor. Así que lo peor que nos puede suceder es que abran el Cetis y se olviden de instalar buenas paradas. Aquí y ahora solamente piensan en mal reabrir el Cetis, al parecer por aquello de las indemnizaciones, pero de crear paradas en la Avinguda de España, por ejemplo, nada de nada. Y los miles de turistas alojados en Figueretes y en Playa den Bossa abandonados prácticamente a su suerte.
Por otra parte, es mucha la gente que subiría a Dalt Vila si hubiera un servicio de microbús entre Vara de Rey y la plaza de la Catedral. Y estoy pensando en los residentes en la isla, los turistas del verano y los peninsulares que vienen con el Imserso en temporada baja. Ya digo, sé que no me harán caso, pero seguiré pidiendo que mejoren el transporte público en autobús para aumentar la calidad de vida de las buenas gentes que no tienen ni quieren coche.
Naturalmente, lo que hay que hacer ya es buscar una solución pragmática y puesta al día para desdoblar la carretera de Santa Eulària, para que se convierta en una autovía similar a la de Sant Antoni ya que por ella circulan los vehículos que van al norte de la isla. La cuestión es que años atrás hubo manifestaciones de todas clases en contra de lo que llamaban “autopistas”. Es lo de siempre; también estaban en contra del dique de Botafoc y consiguieron reducir la longitud de los pantalanes. Así que ahora y debido a las esloras de algunos buques se han tenido que añadir unos ‘duques de alba' parta poder amarrar.