Me acuerdo hoy de UPyD porque su antigua líder y fundadora, Rosa Díez, acaba de darse de baja del partido y pide su disolución; lo mismo ha hecho su sucesor, Andrés Herzog; podemos dar a UPyD por muerto y enterrado definitivamente. UPyD mantuvo en Eivissa una pequeña estructura; incluso llegó a dar algunos políticos estimables, que en otras formaciones hubieran tenido más recorrido; es el caso del joven ibicenco Javier Torres, quien fuera secretario de organización del partido. Sin embargo, el electorado en las Pitiüses y las Balears les dio siempre la espalda. Por qué les dio la espalda a ellos, y no a Ciudadanos, es algo que los libros de Ciencia Política analizarán dentro de algunos años.
UPyD muere con más pena que gloria, con un mutis realmente muy discreto, por la puerta de atrás. No fue absorbido por Ciudadanos, pero sí fueron absorbidos sus votantes. Se acaba el partido que lograba una de las mejores puntuaciones en los índices de tranparencia; el partido que puso encima de la mesa, por primera vez, la necesidad de aligerar la administración de forma severa; el partido que, desde el nacionalismo centralista, fue látigo de los nacionalismos periféricos. Ahora, en el parchís de la política, a Albert Rivera y los suyos les toca demostrar que su ficha vale más que la ficha que se han comido.
2 comentarios
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Rosa Diez lo fundó y Rosa Diez lo destruyó.
Ojo, Vicent... No fue absorbido por Ciudadanos sobre el papel, porque si tuviésemos acceso a las listas de afiliados de Cs más de uno se preguntaría si no es que UPyD ha cambiado de siglas (en Ibiza tenemos muchos casos de huidas bochornosas... entre alguna que otra pepera de infausto recuerdo). Saludos.