Hoy quiero comentar, desde el punto de vista de la psicología del desarrollo, como se puede ayudar a nuestros hijos a lidiar y manejarse mejor con las innumerables cambios e incertidumbres que, como a cualquier persona, se les presentarán en la vida.
Esto se logra a través de una manera de relacionarse con ellos y afrontar la crianza que les ayude a potenciar una serie de mecanismos psicológicos que los niños tienden a desarrollar cuando tienen un entorno favorables para ello. Para mi, entorno favorable significa: padres atentos, cariñosos, empáticos y disponibles, dispuestos siempre a estar ahí en los momentos buenos, y a sostenerles emocionalmente en los malos; lo cierto es que buena parte de los padres (incluso la mayoría, diría yo) suelen ser así, total o en muy buena parte.

Pero, ¿cómo desarrollamos la capacidad para tolerar, elaborar e integrar los cambios, en nuestros hijos, desde bien pequeños? Es importante que no les excluyamos de las cosas difíciles que pasan a nuestro alrededor; EXPLICARLES SIEMPRE, EN LA MEDIDA EN QUE PUEDEN ENTENDER incluso las cosas duras y difíciles. Los niños, aun muy pequeños tiene una muy buena capacidad de detección emocional de la realidad de las personas que les rodean, por lo que suelen captar cuando las cosas van mal o ha pasado algo, si no podemos poner palabras a esa captacion afectiva de los niños, les dejamos a expensas de enormes miedos y terrores (que en la fantasía suelen superar a la realidad) e incluso de que se culpen a ellos de lo que puede haber pasado. Explicarles con calma cualquier cosa que haya sucedido, adaptándolo a su nivel de comprensión, tolerando que pregunten, que muestres su tristeza, irritación... les relaja enormemente pasados los primeros momentos porque han podido dar un significado dentro de ellos a aquello que ya habían captado, y en este caso los adultos les han ayudado a descartar sus terrores internos, que irán elaborando progresivamente.

De no obrar así, realmente estamos mostrando nuestra incapacidad como adultos a tolerar las reacciones emocionales de nuestros hijos y les estamos privando por omisión de desarrollar sus propios recursos internos de elaboración psicológica, que tienen que ser activados por un adulto, así como también les impedimos desarrollar su capacidad de elaborar los cambios y las dificultades, con lo que no les favorecemos una capacidad básica, que van a necesitar, y que si no desarrollan adecuadamente, les acabará convirtiendo en alérgicos al sufrimiento y la incomodidad, con poca capacidad de perseverar y comprometerse con objetivos a largo plazo.

Saludos a tod@s y nos vemos en el Blog.

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