En el debate Bona nit Pitiüses del pasado miércoles en la TEF, el candidato del PSOE al Senado, Simón Planells, dejó claro que él era partidario de que el dinero recaudado en las Pitiüses con la nueva ecotasa se reinvirtiera en Eivissa y Formentera. Su opinión, me atrevería a decir, es la mayoritaria en la inmensa mayoría de la sociedad pitiusa y en su partido, que no hay que olvidar que es el mismo que el de la presidenta balear Francina Armengol. No obstante, parece que su vicepresidente Biel Barceló (Més) no está muy por la labor de darle a los pitiusos lo que es suyo. Una muestra más del talante de este político, que en su primer viaje a Eivissa ya dejó claro que lo de que las Pitiüses se promocionen por su cuenta, nada de nada. Por el momento no he oído a nadie del Consell d'Eivissa que se oponga frontalmente a este ataque del vicepresidente Barceló. Todos sabemos lo que costó que el Govern nos dejara promocionarnos como nos diera la gana, tal y como reclamaba nuestro sector turístico, y ahora parece que vamos a dejar que nos absorban otra vez sin rechistar.

En poco más de cien días, Barceló ya ha dado dos serios avisos de lo que va a ser su política durante esta legislatura: pura centralización mallorquina. Desde el Consell d'Eivissa y el PSOE ibicenco deben poner freno a la intención de su colega de gobierno en Mallorca, por nuestro bien. Porque habría que recordarle al vicepresente Barceló que, cuando se sienta en su sillón de color azul en el Parlament, lo hace en representación de todos los habitantes del archipiélago, y no sólo de los mallorquines. Y si no hay ningún diputado ibicenco en la cámara balear que quiera recordárselo cada martes, ya me encargaré de hacerlo yo mismo desde esta tribuna periódicamente.