Ahora que ya han conseguido su objetivo primordial, que era echar al Partido Popular de la mayoría de las instituciones, los partidos progresistas ibicencos buscan entenderse para poder gobernar durante los próximos cuatro años. De momento han logrado lo más sencillo, que era impedir que una formación debilitada por su gestión en determinados temas sensibles, como la sanidad y la educación, tuviera mayoría absoluta y, por lo tanto, las manos libres para hacer y deshacer a su antojo. Pero ahora llega lo difícil: gobernar.

Los candidatos socialistas sostienen que los ibicencos han votado por el ‘cambio', olvidándose quizás que sólo Pep ‘Agustinet' ha logrado vencer –y de manera holgada– a su adversario. Para gobernar, el PSOE necesita el apoyo de Guanyem-Podem-Reinicia, que desde que saltaron a la arena política no han dejado de criticar a los dos partidos mayoritarios y a sus políticas llevadas a cabo durante los últimos treinta años. Harían bien los socialistas en hacerse fuertes con sus propuestas y no ofrecerles un cheque en blanco para poder llegar a lo más alto a quienes parecen destilar inquina contra la ‘vieja' política.

De lo contrario, y si finalmente todos los partidos progresistas consiguen llegar a un acuerdo postelectoral para formar gobierno, me temo que solo quedará poner el cronómetro en marcha para saber cuándo llegará el primer desencuentro entre dichas formaciones que lo envíe todo al carajo y quién será el nuevo Buades. Y si no, al tiempo. Aunque, por el bien de nuestra isla, espero que nada de esto suceda.