La aplicación móvil para abonar la zona azul en Ibiza hace que dicho importe se traslade a Aranda de Duero. Un atleta afincado en las Pitiusas logra su sueño de participar en 65 maratones al correr este fin de semana en el multitudinario maratón de París: es José Cantero, natural de Aranda de Duero. La última incorporación en mi empresa, una joven en prácticas llamada Irene, me dice al presentarse que es de Aranda de Duero… tres hechos que acaecen en una semana en la isla de mis amores y que me llevan a pensar que el cosmos ha orquestado que mi pueblo, mi adorada villa, el lugar en el que nací, crecí y construí mis sueños, sea noticia aquí, en mi casa.
No es casualidad que los mejores vinos del mundo, según mi humilde y catado paladar, sean de la Ribera, de mi comarca, en plan Hobbit. Tampoco lo es que estos días conociera en la cata de vino más sensacional de las islas, Viniterraneus, a varios bodegueros que hacen maravillas con las uvas de mi tierra. Javier Escandell, de Enotecum, me los presentaba orgulloso y yo no hacía más que preguntar a los hados si me estaban mandando mensajes para instarme a que me escape de esta locura, de esta vorágine que es el inicio de la temporada en Ibiza, para reposar mis ideas y nervios al cálido amparo del lechacito asado que me preparada con tiento mi madre.
Sepan ustedes que en ese extraño frío, solo en clima, y lejano lugar del que procedo, muchos nos sentimos parte de sus simientes aunque no naveguen en nuestra sangre. En mi caso en particular, mi padre, natural de Albacete, de Almansa ya que nos ponemos a desgranar nuestra heráldica, aterrizó allí por trabajo. Mi madre es mitad burgalesa, de la capital, donde tienen otro flow, y mitad catalana, de ahí que, a pesar de apellidarme Monsalve, me insertaran el nombre de Montserrat, obviando la redundancia. En la cuna que mece un río con olor a Machado nadie te llama jamás forastero ni te encuesta por tu pureza de sangre. No te interrogan para saber si tus padres son autóctonos y mucho menos te sesgan de forma directa porque sus orígenes beban de otros lares.
De Aranda de Duero me marché a los 18 añitos para estudiar la carrera de mis sueños y en esta isla aterricé hace 12, por lo que dentro de muy poco habré vivido el mismo tiempo en ambos sitios, con la diferencia de que aquí, aunque sienta esta maravillosa isla como propia, la defienda, la adore, cotice en ella y la venda en cualquier lugar al que acuda, siempre seré una "murciana". Podrán decirme que es un tópico, que no es cierto, que en Ibiza acogen a gente de todo el mundo y que es muy cosmopolita pero, a la hora de la verdad, mi árbol genealógico no tiene las raíces necesarias para muchos.
Me da lo mismo. Yo me siento parte de aquí y me seguiré levantando cada mañana feliz y agradecida por despertarme al amparo de sus aguas color turquesa. Esta semana, además, especialmente feliz porque un arandino-ibicenco ha conseguido un hito y he podido compartir su sonrisa en la prensa al atravesar una meta más, varios paisanos me han llevado a alzar la copa por sus buenas cosechas, una joven llena de ilusión se incorpora a mi equipo con Aranda cosido en la frente y "EysaMobile", la empresa gestora de la app de esa aberración que es la zona azul, me ha hecho reírme un rato al ver que su sistema de geolocalización ha llevado a muchas personas a abonar sus multas y tiquet en mi querido pueblo. Eso sí menos gracia le habrá hecho a las personas a las que han multado a pesar de abonar esos sangrantes euros que, por cierto, ya pagamos religiosamente cada año con el impuesto de circulación.
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