Lo digo en serio: si no fuera porque ‘Podemos’ está teledirigido por marxistas trasnochados, castristas, chavistas y soñadores yo lo votaría. Seguro que no lo haré, pero que se anden con cuidado los partidos tradicionales. La gente está harta de muchas cosas, sobre todo de despropósitos y de incompetencia. Lo comento, pensando en que el Tribunal Supremo ha anulado recientemente el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 2009 del municipio Eivissa por un defecto de forma y es que se aprobó entonces sin la preceptiva Evaluación Ambiental Estratégica, al estimar la Comisión Balear de Medio Ambiente que no era innecesario incluirla. Estamos, pues, ante una irresponsabilidad cometida por técnicos municipales y gubernamentales. Y dicho sea de paso, los políticos de aquí y de allá eran del mismo color. Así que el Ayuntamiento de Eivissa hará una suspensión parcial de licencias, que afectará a proyectos de obra nueva. Vaya fracaso.

Cierto es que el problema que comentamos está íntimamente relacionado con otro que arrastramos desde hace años, que es la falta de agua potable y de una correcta depuración de aguas residuales. Y claro, las instalaciones actuales no pueden con su alma y ahora mismo no se puede garantizar que las nuevas edificaciones puedan conectarse a las redes de abastecimiento y de saneamiento. Es decir, la incompetencia política ha sumido al municipio de Eivissa en una especie de caos urbanístico. Así que a esperar el nuevo PGOU 2015.

Y la falta de agua potable también es muy notoria en el municipio de Sant Josep, que "espera com qui espera sa coca", que decimos en la isla, a que se construya un anillo hidráulico que les llene los depósitos con agua desalada en Santa Eulària, en donde hay una planta, al parecer ya construida, pero que no se acaba de poner en funcionamiento. En cualquier caso, todos los políticos de Sant Josep no han sido capaces de solucionar el problema de las familias que reciben agua salada en sus grifos. Es un caso más de probada incompetencia.

Otro problema que se ha presentado hace pocos días radica en que el Juzgado de Instrucción ha rechazado archivar el caso Park Control, ya saben aquello de que el Ayuntamiento de Eivissa restó algo más de 412 mil euros a la deuda que dicha empresa tenía con la Corporación Municipal. Imputados aparte, que los hay, me encantaría saber por qué les perdonaron a los de Park Control los 412 mil euros del ala. Y más con las penurias que hay.

Y para que nada falte en el embrollo, está sin resolver la problemática de Sa Penya, sumida en un conflicto social de primer orden y en el que ningún grupo político de todos los que han venido gobernando en Vila ha sido capaz de solucionar. Y por encima de todo, y sigo en Sa Penya, resulta que el Ayuntamiento ha estado pagando durante varios a años a una mujer allí residente, que no estaba en nómina, para que les informará de la situación del barrio. Yo no sé ustedes, pero yo quisiera saber quién organizó el espionaje y de qué ‘fondo de reptiles’ ha salido el dinero para pagar a la confidente.

Para terminar, comentaré una columna de Fernando Ónega titulada «El saqueo y el perdón» (L.V. del pasado jueves). La resumo en 14 palabras: «Para la autoridad fiscal española, todos somos sospechosos de fraude, menos el Partido Popular». ¡Qué país!