Durante las vacaciones son muchos los que sufren el llamado síndrome de la inmortalidad, lo que se traduce en la sensación de que en esos días de asueto, en los que viajan a lugares maravillosos, nada puede pasarles. Los Dioses les han ungido con superpoderes que les permiten conducir rallys por carreteras desconocidas, saltar de balcón en balcón, hacer tirabuzones desde un barco hasta caer de forma grácil al agua o, simplemente, cruzar la calle como si no hubiese mañana. Esa capa invisible, al más puro estilo de "El traje nuevo del emperador", placebo de la insensatez, les lleva a alquilar motos sin pericia al volante, a comprar sustancias prohibidas a desconocidos o, incluso, a chupar sapos vivos, que supuestamente les llevarán a otros mundos psicotrópicos. Esto último es lo que menos entiendo, tal vez sea mi carácter plebeyo y descreído de princesas y ranas, la fuerza con la que me grabó en el disco duro mi madre aquello de "no cojas caramelos de desconocidos", cordura y escrúpulos, o simplemente la certeza de que si uno viaja a Ibiza, no necesita ir a otros mundos mejores porque, sencillamente, no existen. Acepto que durante las vacaciones la mayoría de nosotros comemos y bebemos de más, echando por tierra todas las dietas, deporte y promesas hechas durante el año, pero somos muchos los que a su término, queremos volver de una pieza a nuestras rutinarias pero deliciosas vidas en las que dormimos ocho horas y degustamos insípidas y sanas ensaladas. Tal vez por eso cuando leemos o escuchamos que esos "inmortales" hacen "balconing" y se juegan, y a veces se deja la vida entre salto y salto, se nos ponen los pelos como escarpias y sentimos empatía por sus novias, madres o amigos. Porque en la mayoría de los casos son chicos jóvenes los que deciden dejar de jugar esta partida, apostando de forma absurda y sin premio al todo o nada.
Opinión / Montse Monsalve
Salto al vacío
Eivissa24/06/14 0:00
También en Opinión
- Un mallorquín estalla por una multa tras aparcar su moto en la zona azul de Ibiza: «Es una atrocidad»
- Un ibicenco encuentra el amor en First Dates
- Los médicos apoyan el ‘multazo’ de 300.000 euros por el acto negacionista de Miguel Bosé y Josep Pàmies
- «Ibiza se nos ha ido de las manos»
- Un joven de 25 años atemoriza desde hace meses a los vecinos de es Canar
3 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
Me gustaría saber si el polaco saltó porque se le cayó ese objeto que dicen, o porque había ingerido substancias "prohibidas" (por decirlo así). Porque la cosa cambia mucho en un caso u otro.
La verdad es que este artículo no sirve absolutamente para nada, porque lo que hace SALTAR a esa gente es ese tuti-fruti de drogas y alcohol que ingieren SABIENDO lo peligroso y perjudicial que es. Porque afortunadamente hoy en día lo sabe todo el mundo, lo que pasa es que se lo pasan todo por la funda y no hacen ni p... caso de las advertencias de los mayores. Es una pena, la verdad.
La autora del artículo trabaja para una empresa de party boats y no lo avisa en el artículo (se limita a decir lo buenos que son). Cuánto te han pagado a ti o a este periódico por el articulo? Hasta que borren este mensaje, al menos que la gente lo sepa.