Las cifras del paro en Balears dadas a conocer ayer confirman las peores perspectivas. Nunca, hasta ahora, el número de desempleados en las Islas había alcanzado la cifra de 75.153, según el recuento efectuado hasta el pasado mes de marzo y que ha supuesto un incremento del 1'06 por ciento con respecto a febrero. Frente a este escenario no cabe otra valoración que constatar, tal y como admite la consellera de Treball, Joana Barceló, el drama humano que genera la voracidad con la que la crisis económica está destruyendo puestos de trabajo.

Diversos factores influyen en esta dinámica. Desde las cuestiones temporales, el retraso en la llegada de la Semana Santa y del propio inicio de la temporada, hasta la propia dinámica de la crisis que, con el aumento de paro, genera más demandantes entre segmentos de la población que permanecían inactivas como amas de casa o estudiantes. Todo ello acaba generando un proceso que desemboca en más paro.

No obstante, conviene advertir que Balears mantiene un ritmo de crecimiento del desempleo tres veces inferior que el conjunto de España y que, además, la afiliación a la Seguridad Social "a pesar de la recesión" sigue aumentado en un 1'9 por ciento. A pesar de todo, la economía insular sigue creando puestos de trabajo. El dato es trascendental.

Del comportamiento laboral de este mes de abril ya podrán comenzar a extraerse conclusiones sobre la evolución definitiva del paro en Balears durante este ejercicio, la temporada turística debe significar un alivio en la situación económica de miles de familias aunque se mantiene la incógnita sobre la duración de la contratación de los fijos discontinuos y sus efectos en la percepción de los subsidios por desempleo a partir de noviembre.