La consideración de «asunto privado» por parte de la dirección estatal del Partido Popular de la relación económica que mantuvo durante un año con Jaume Matas, cuando éste abandonó la presidencia regional del partido tras perder la mayoría absoluta en las elecciones autonómicas de mayo de 2007, confirma el trato de favor que obtuvo al obtener una remuneración en absoluto reglada y que, además, se ocultó al resto de sus compañeros. Las declaraciones de la actual secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, señalando que ahora no se abona ninguna cantidad al señor Matas en nada contradice que no se hayan realizado pagos con anterioridad.
Resulta extraña la reacción del Partido Popular respecto a todo este tema, una actitud que induce a sospechar que existe un interés deliberado en mantener un halo de misterio en el asunto. No se puede entender de otro modo. De ser cierta la colaboración de Jaume Matas con la cúpula de Génova, lo razonable, en defensa de la transparencia, era explicar en concepto de qué se le pagaron 5.000 euros mensuales durante un año. Mantenerlo en la esfera de la privacidad no tiene sentido, más teniendo en cuenta que buena parte de la financiación del partido se realiza con cargo a los fondos públicos.
Cabe advertir que en ningún momento se ha querido insinuar la existencia de alguna acción ilegal en los pagos al señor Matas, en todo caso revelan una consideración de privilegio con una más que generosa remuneración cuando, precisamente, abandonó de manera precipitada la dirección regional del PP balear "una decisión que generó una sensación de abandono por parte de su militancia y votantes" para instalarse en Washington y trabajar como asesor de una empresa hotelera que participó en proyectos emblemáticos del Govern que presidió.
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