El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció ayer ante el Congreso de los Diputados un nuevo, y ambicioso, paquete de medidas económicas valorado en 11.000 millones de euros y destinado, preferentemente, a la financiación de obra pública. El efecto más inmediato del plan será, según las previsiones, la creación de 300.000 puestos de trabajo.

Será en el Consejo de Ministros de hoy cuando se conocerá, con detalle, el decreto que habilitará el crédito extraordinario anunciado por el presidente Zapatero, el tercer conjunto de disposiciones que lanza el Gobierno para atajar la crisis. En esta ocasión, el objetivo del Gobierno se centra en frenar la sangría del paro mediante la puesta en marcha de numerosas infraestructuras públicas en colaboración con los ayuntamientos, con una dotación de 8.000 millones de euros. El resto de las partidas, con cargo a los presupuestos de este año, se destinarán al sector del automóvil, 800 millones, así como otras de menor cuantía y entre las que destacan 30 millones en promoción turística.

Después de incentivar el consumo doméstico -la devolución de los 400 euros del IRPF- y las ayudas al sector financiero, Zapatero ha presentado un plan que pretende frenar la alarmante destrucción de empleo que se está registrando en España como consecuencia del desplome de la actividad inmobiliaria. Todo indica que el Gobierno no está dispuesto a quedar rezagado respecto al resto de países de la Unión Europea en lo que se refiere a la adopción de medidas proteccionistas, siempre con la esperanza de que éstas acabarán reactivando la economía y devolviendo la confianza a los mercados. Aunque sólo sea para evitar la primera recesión global desde la II Guerra Mundial.