El Consejo de Ministros aprobó ayer un decreto por el que aumenta de 6 a 25 millones de euros el Fondo Financiero del Estado para la Modernización de las Infraestructuras Turísticas (FOMIT), además de modificar los criterios de concesión de los créditos, como la eliminación del tope de población exigida a un municipio para poder acceder a este canal de financiación pública que tiene unas condiciones muy ventajosas. El acuerdo tiene una especial trascendencia para Balears, toda vez que permite a todos los municipios con destinos turísticos 'maduros' acceder al FOMIT sin comprometer el ambicioso plan de remodelación de la Platja de Palma.

El acceso de Joan Mesquida a la Secretaría de Estado de Turismo está logrando que el Gobierno asuma el valor estratégico del sector turístico para la economía española, toda vez que es de los pocos que se encuentra en condiciones de capear la crisis con unos resultados aceptables. Es precisamente, en estos momentos, cuando España debe invertir para no perder la competitividad frente a otros destinos turísticos del arco mediterráneo. En el caso balear es necesaria una reacción para no perder cuotas de mercado en los dos grandes países emisores, Alemania y Gran Bretaña, cuyas economías ya han entrado en recesión.

Ahora sólo cabe esperar que la Conselleria de Turisme sea capaz de liderar la captación de esta nueva fuente de financiación estatal para lograr mejorar las prestaciones de numerosos enclaves turísticos de Balears cuyos responsables directos, los ayuntamientos, carecen de la suficiente capacidad financiera y de gestión para mantenerlos al día. Resultaría imperdonable que las Islas perdieran esta oportunidad de acceso al FOMIT por la simple desidia institucional.