España está ya metida de lleno en la peor crisis económica de los últimos años y Balears no se queda fuera de esa difícil tesitura. Al conocerse los datos del paro de este pasado mes de octubre no podemos más que preocuparnos profundamente. Casi 57.000 ciudadanos de estas Islas "especialmente varones y extranjeros" han pasado a engrosar las listas del desempleo, un 53 por ciento más que hace un año.

Sabemos que parte de la responsabilidad recae en la finalización de la temporada turística, pero eso no basta para explicar esta debacle que viene, además, acompañada por malos datos en la afiliación a la Seguridad Social y en el número de contratos firmados en octubre.

El Govern "también el Gobierno nacional" ha dado algunos pasos encaminados a aligerar la situación, pero está claro que nunca serán suficientes. Es el empresariado el que tiene la sartén por el mango y mientras el consumo siga cayendo y los bancos mantengan las restricciones a la hora de conceder nuevos créditos, las empresas no se decidirán a contratar personal.

Tanto es así que la propia consellera Barceló augura 80.000 parados a finales de año, lo que puede constituir un auténtico récord que no hará más que profundizar el pesimismo de la sociedad balear en una situación que se prolongará, según los entendidos, al menos hasta bien entrado 2010. Habrá que preguntarse cuántos parados habrá entonces, porque aunque sobreviva la actividad turística "lo hará mientras la crisis no ahogue a la clase media británica y alemana", la construcción se ha ido a pique y el consumo, con un panorama tan desolador, seguirá estando bajo mínimos.