Tras la tormenta desatada en el Partido Popular de Eivissa la pasada semana con la presentación de la candidatura del renovador Mariano Juan, y que enfadó a muchos veteranos populares como José Sala o Virtudes Marí a los que el anuncio cogió por sorpresa, parece que el temporal ha amaianado en los últimos días y los dos aspirantes, Palau y Juan, han decidido sentarse a dialogar para alcanzar una candidatura de consenso. Lo cierto es que la aparición de la candidatura arropada por los sectores de Santa Eulària y Sant Joan ha irrumpido con más fuerza de la esperada, 300 avales, con numerosos apoyos (los alcaldes Vicent Marí y Antoni Mari Carraca) y sobre todo con caras nuevas. A día de hoy, esta alternativa, aunque sea la candidatura aspirante, parece que es la que cuenta con más argumentos para hacerse con el mando del partido en los próximos años, o al menos la que en la próxima directiva cuente con más representatividad.

El PP ibicenco todavía arrastra el lastre de la pasada legislatura y aunque las elecciones al Consell las perdieron por un puñado de votos, el partido sufrió un deterioro de imagen importante con el asunto de las carreteras y fue castigado por sus votantes en casi todos los municipios. Además, los últimos escándalos que salpican al partido y al actual presidente insular, Josep Juan Cardona, no hacen sino otorgar más argumentos a la candidatura renovadora para tratar de lavar esa imagen de corrupción que se está extendiendo por todo el PP balear. Ahora mismo parece complicado, y ese es uno de los condicionantes que ha puesto Mariano Juan en la negociación, que Palau pueda ser el próximo presidente, ya que su figura, según entiende el sector rival, está demasiado ligada al pasado del Partido Popular.