El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aprovechó su primer despacho estival del año con el Rey en el palacio de Marivent para referirse a dos temas de la máxima actualidad: la descentralización de la gestión del aeropuerto de Son Sant Joan y la reforma de la Platja de Palma.

El Consejo de Ministros aprobó la modificación del modelo de gestión que la empresa pública AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) aplica a los aeropuertos de Madrid y Barcelona, donde se privatizará parte del capital y se dará entrada a las respectivas Comunidades Autónomas para su gestión. El presidente del Gobierno, en Palma, ha dejado al margen de esta iniciativa al aeropuerto de Palma -contraviniendo un acuerdo previo con el Govern- por considerar que debe incrementar, todavía más, la cifra de pasajeros anuales hasta alcanzar los 30 millones. Todo indica que José Luis Rodríguez Zapatero trata de frenar sus promesas respecto a AENA imponiendo unas condiciones inalcanzables, una actitud que perjudica de manera muy seria los intereses de Balears, una de cuyas puertas principales son sus aeropuertos.

Como contrapunto al jarro de agua fría respecto a Son Sant Joan, José Luis Rodríguez Zapatero ha confirmado que el ambicioso proyecto de reforma de la Platja de Palma continúa adelante y que a mediados de este mismo mes de agosto se estudiarán los informes previos a su presentación para la aprobación por parte del Consejo de Ministros. Una noticia excelente que significará la recuperación de una zona turística, pionera de esta industria en Balears durante la década de los sesenta, mediante la ejecución de un diseño urbanístico y dotación de infraestructuras públicas que cuenta con el consenso de todas las instituciones y sectores empresariales implicados.