La compañía aérea Spanair ha anunciado un severo plan de viabilidad con el que pretende hacer frente a la crisis del sector en España, afectada por una considerable reducción de la demanda y un aumento de los costes, en especial del precio del combustible. El director general de la empresa, con sede en Palma, Marcus Hedbolm, deja muy claro que las medidas tienen como único objetivo «sobrevivir» hasta el 2010, ejercicio en el que se considera que comenzará a remontarse la crítica situación actual. En el camino se quedarán alrededor de 900 trabajadores sin empleo, la mayoría de la central en el aeropuerto de Son Sant Joan.

El anuncio de Spanair se produce apenas un mes después de quedar abortado su proceso de venta, presagio de las malas perspectivas que tiene el sector. La compañía no ha tardado en hacer públicos sus planes de ajuste que, en principio, pretende pactar con los agentes sociales. En todo caso, al margen de la reducción de trayectos que, en principio, no afectarán a los que mantiene con Balears, el aspecto más negativo se centra, sin duda, en la destrucción de puestos de trabajo que lleva aparejado el plan de viabilidad que se quiere aplicar.

Desde el Govern la consellera de Treball, Margarita Nájera, ha expresado su preocupación por las consecuencias económicas y sociales que puede tener en Balears la crisis de Spanair, además de manifestar su voluntad de mantener un encuentro con el Ministerio de Fomento para analizar la situación. Está claro que el escenario negativo que ofrece la economía española en su conjunto obliga a tomar medidas a la Administración para mitigar sus efectos, en especial cuando se trata de salvar puestos de trabajo. Esta es, por el momento, la única esperanza para los centenares de ciudadanos que ven peligrar su puesto de trabajo, su principal patrimonio.