El último día del año es una jornada propicia para realizar un balance de lo que ha supuesto este 2007 que hoy acaba, un año marcado, sin duda, en Balears por el vuelco político en las principales instituciones; fruto de los pactos de las fuerzas de centroizquierda posteriores a las elecciones del mes de mayo. A pesar de bordear la mayoría absoluta, el Partido Popular fue desalojado del Govern, el Parlament, los consells de Mallorca e Eivissa y del Ajuntament de Palma, además de numerosos ayuntamientos. El PP apostó muy fuerte para poder gobernar en solitario y se olvidó de que debía contar con un 'plan B' en el caso de fracasar en su intento. Tras una dura campaña electoral y unas relaciones PP-UM muy deterioradas, debido a los continuos ataques a UM desde los sectores más derechistas del PP y su entorno mediático, fue imposible reeditar un pacto entre ambos partidos.

El descalabro de los conservadores provocó la dimisión de su líder, Jaume Matas, para dejar el control del partido en manos de Rosa Estaràs.
Las cuestiones políticas han marcado 2007. El nuevo Estatut, en lo que supone de avance en las cotas de autogobierno, y el fin del ciclo de Maria Antònia Munar al frente de Unió Mallorquina han sido dos hitos fundamentales en este apartado.

Un repaso a estos doce meses, en los que la industria turística balear ha obtenido unos resultados espectaculares, no puede dejar de lado dos polémicas de gran trascendencia popular: la clausura por inundación del recién estrenado metro de Palma y la reanudación de las obras del futuro hospital de Son Espases, esta última una de las decisiones más polémicas del Govern de Antich.

Luces y sombras de un año que acaba, 365 días en los que hubo de todo en Balears. Un tornado asoló Palma.
Mañana empieza un nuevo año. Es inevitable referirse al 2008 con esperanza, con ilusión. Aunque sólo sea para constatar que la vida continúa y que seguiremos aquí para contárselo. ¡Molts d'anys!