Hoy comienza en la Audiencia Nacional el juicio por los atentados del 11-M, con 29 acusados en el banquillo, alrededor de 650 testigos y 98 peritos. Casi tres años después del brutal atentado que costó la vida a 191 personas en Madrid se inicia un proceso largo y difícil donde, finalmente, serán condenados los culpables del mayor atentado ocurrido en España y se hará justicia.

Más de 90.000 folios integran las conclusiones de un sumario que señalan a Al Qaeda como responsable de esta masacre. Todavía sin empezar el juicio, es lamentable cómo ciertos sectores políticos, medios de comunicación y asociaciones de víctimas del terrorismo están haciendo todo lo posible para deslegitimarlo, arrojando todo tipo de sospechas y dudas sobre el sumario.

Con el pretexto de «querer saber más», no se ha dejado de cuestionar la investigación y de contaminar a la opinión pública. No le basta que los presuntos culpables sean los miembros de una célula islamista con la complicidad de la trama asturiana que facilitó los explosivos. Quieren llegar más lejos. Pese a que en la instrucción del sumario ha quedado descartada la autoría de ETA, insisten en ello. No afirman nada. Sólo hacen insinuaciones. Cuando apenas faltan horas para que dé comienzo el juicio siguen agarrados al clavo ardiendo de la duda, aludiendo, incluso, a la poca claridad del tipo de explosivos utilizados en el atentado.

El 11-M alejó al PP del Gobierno sin reconocer la mano islamista en los atentados. Casi tres años después, ETA sigue presente en sus argumentos, cuestionando los resultados de la investigación. Pero no sólo los «populares» quieren saber la verdad, los ciudadanos también la desean y, para eso, no hay que generar confusión, sino dejar trabajar a la Justicia en su objetivo de juzgar a los 29 acusados, entre ellos marroquíes, españoles y sirios. Lo que todos esperan y desean es que los culpables paguen por lo que hicieron.