El problema que tiene ahora mismo Galicia se arregla con la lluvia; de otro modo parece poco menos que imposible que la actual situación se resuelva en un corto plazo de tiempo. Pero sería un tremendo error que el Gobierno pensase que aquí no pasa grave, porque pasa. Y al primero que le pasa, es al propio Gobierno, atrapado en una extraña circunstancia: si es cierto lo que aseguran Rodríguez Zapatero, Pérez Rubalcaba, Cristina Narbona, su fiscal Conde-Pumpido¿ ¿por qué sus fuerzas de seguridad, las que mandan ellos mismos, están fracasando de modo tan alarmante? De entrada, policías adscritos a la investigación de los incendios ya han echado por tierra la socorrida teoría de las tramas organizadas que abanderan Rubalcaba y su ayudante Conde-Pumpido, pero aquí parece que no pasa nada, y está pasando. No es demagogia. Y no lo es, porque no es normal que unos cuantos locos puedan reírse en la cara de la Guardia Civil, la Policía Nacional, la Policía Autonómica... y del CNI, Sí, también del CNI, ya que si es cierto que Galicia arde porque hay terroristas del fuego, el Gobierno debería haber infiltrado agentes dispuestos a demostrar que no sólo saben trabajar sobre moqueta. ¿O cuando se apela a la supuesta inteligencia del Estado resulta que ya no hay terroristas?

La Guardia Civil del franquismo hizo muchas cosas que casi es mejor no recordar. Pero demostró que estando sobre el terreno, se obtiene buena información. Quienes desmantelaron la Guardia Civil en el rural, con guardias de quita y pon, y a la vez se cargaron la política agraria para imponer el modelo de no produzca, que en Europa nos sobra de todo, ahora deberían presentarse un día en alguna tele y tener la valentía de decirnos: nos hemos equivocado. Pero no lo hacen. Porque son unos cobardes.