El secretario general del PSIB, Francesc Antich, sorprendió hoy hace una semana a los medios de comunicación (y según se ha sabido después, también a su partido) con un anuncio de gran carga política: empezar «desde cero» una nueva etapa de relación con el sector turístico y empresarial de Balears sin «hipotecas del pasado». Hablando claro: renunciando a la ecotasa, la que fue bandera no sólo del Partido Socialista, sino del Pacte de Progrés. Antich, cuando hizo este anuncio, se veía ya (aún se ve) candidato a las elecciones autonómicas del próximo año, pese a que oficialmente aún no lo es.

Los tiempos han cambiado y la realidad de Balears no es la misma que en 1999, cuando Antich fue elegido presidente de un Ejecutivo «de cuotas». Aquel fue un Govern multipartidista y «a la contra», que se formó con la anuencia de UM tras años de gobierno ininterrumpido del PP.

Como los años no pasan en balde y la situación política es otra (no hay que olvidar que el Gobierno del Estado está en manos del PSOE), Antich ha comenzado a dar algunos pasos para ganarse la confianza de los poderes empresariales y económicos que no pudo, o no supo, atraerse entre 1999 y 2003.

La renuncia a la ecotasa, pese a la lógica inquietud que ha despertado en el propio PSIB, no supone dejar de lado sus objetivos. Antich, hace una semana, ya lo apuntó. El PSIB renuncia a un instrumento impositivo que fue mal aplicado (y explicado), pero no a sus fines.

Los críticos reprochan a Antich que haya fallado en la formas. Es posible. Pero lo importante es el fondo de la cuestión: ser alternativa de gobierno. Eso es lo que, presumiblemente, quiso decir Antich hace una semana. Ahora sólo tiene que hacerse entender.