Nos guste o no, en este trepidante mundo de la información, de la promoción y de la publicidad, un buen reclamo es la clave para atraer la atención y quizá el interés de millones de personas en todo el mundo. Por eso resulta acertada la decisión del Govern balear de contar con un rostro conocido, de gran impacto internacional, para atrapar las miradas de los ciudadanos del mundo entero hacia un punto diminuto en el mapa: nuestras Islas.

Este año la modelo alemana Claudia Schiffer ha sido la elegida, como lo fue el año pasado el polifacético actor Michael Douglas. La belleza rubia atrajo, como era de esperar, a periodistas, telespectadores y asistentes a la World Travel Market londinense sin abandonar su magnética sonrisa. Que una mujer de su trayectoria, que habría podido elegir cualquier paradisíaco rincón del planeta para instalarse en su retiro dorado, hable al mundo de las excelencias de Balears es un regalo, porque no se limitó a proclamar la belleza sobradamente conocida de nuestro Archipiélago, sino también a destacar su cultura, su gastronomía y su oferta deportiva de altos vuelos.

Una vez más, la cita londinense está sirviendo para constatar los retos que esperan al sector turístico balear, que pierde cuota en el mercado británico -los visitantes más fieles optan ya por comprar una casa aquí en lugar de servirse de la infraestructura vacacional-, una situación que es preciso atajar con decisión. Construir el anhelado Palacio de Congresos en Palma será sólo un primer paso para seguir consolidando a nuestra Comunitat como el destino turístico de primera importancia que es. Fortalecer la promoción exterior y seguir ofreciendo un producto de calidad siguen siendo objetivos primordiales.