Nada hacía presagiar con la declaración del servicio público de los vuelos interislas que los ciudadanos de Balears siguieran con los mismos problemas que antes de tan necesitada medida. Cierto es que la coyuntura internacional, es decir la crisis del petróleo, ha afectado a todo el transporte terrestre, marítimo y aéreo mundial, y por extensión, una vez más, entre los más perjudicados se encuentran los ciudadanos del archipiélago, que cada vez nos vemos obligados a pagar más en billetes de barco y avión, que no hay que recordar que es la única forma de salir de las islas. El último anuncio de la compañía que opera entre islas, Air Nostrum, sobre el recorte de vuelos y horarios no es más que un ejemplo de la desprotección que sufrimos los usuarios. La falta de una negociación contundente en la declaración del servicio público y la ausencia de respuesta de las instituciones locales y nacionales ante estos anuncios nos llevan a la situación actual. A todo ello hay que sumar la lucha entre partidos políticos, que una vez más perjudica a Balears. El hecho de que en Madrid y Balears los gobiernos sean de distinto color acaba estancando cualquier tipo de iniciativa y lo que es peor: lo que antes era bueno para unos y malo para otros (leáse el descuento del 50%) ahora resulta que es a la inversa.

Si las previsiones de los expertos que auguran unas subidas muy fuertes durante más tiempo se cumplen habrá que afrontar con más firmeza este asunto. Y eso significa que tanto el PP como el PSOE, partidos de los que depende ahora mismo nuestro transporte, deben ir de la mano y aparcar los partidismos que lo único que hacen es perjudicar nuestro bienestar. Ya sea en Madrid o en Bruselas, la voz de Balears se tiene que escuchar bien alto para que de una vez por todas que la obligación de viajar no siga siendo un lujo.