Dos noticias surgidas en los últimos días han vuelto a poner sobre la mesa el problema que padecen las Pitiüses con los Juzgados y la Comisaría de la Policía Nacional. El incendio, en realidad un pequeño fuego, que se originó en los Juzgados este pasado jueves puso en evidencia una vez más la situación de desbarajuste y dejadez en la que se encuentra esta administración. Al margen de los problemas que sufren los jueces, fiscales y funcionarios que allí trabajan en cuanto a falta de medios, infraestructura y personal, mil y una veces denunciados, el incendio sacó a relucir la nula previsión que existe en caso de una emergencia y lo obsoleto del edificio. Los testimonios de los que allí trabajan, que califican de «ratonera» el edificio, son un fiel reflejo de lo que ocurre.

Por otra parte, en la Comisaría de Eivissa, un viejo hospital reconvertido en la sede de la Policía Nacional, tampoco son nuevas las quejas sobre el estado de la instalación y la falta de personal, que han provocado casos como el de un turista que tardó doce horas en interponer una denuncia. Esta tardanza también se produce con otras tramitaciones como el DNI, pasaporte o los papeles de extranjería.

Estos dos ejemplos vienen a resumir el lastre que supone para las Pitiüses tener dos administraciones tan importantes como éstas en este estado, teniendo en cuenta que estamos en una sociedad que ha visto crecer de manera desmesurada su población en los últimos años y que ese incremento no se ha visto acompañado por la necesaria modernización de sus administraciones. Siendo como son dos edificios dependientes del Estado, los gobiernos locales y autonómico deberían intentar que la buena sintonía que han demostrado con el Gobierno de Madrid en otros asuntos se traslade también a estos dos problemas. La sociedad pitiusa lo demanda y es algo necesario.