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Baleares se encamina este año a otra temporada récord en afluencia de visitantes por el aumento de plazas que ofertarán las compañías aéreas en las rutas con las Islas. El incremento de los asientos programados en un 2 % para el primer semestre y del 6 % en verano motivará que prosiga una escalada considerada imparable y que se encadenará a la de 2024, cuando Baleares recibieron en su conjunto 18,7 millones de turistas, un 5 % más que en 2023. Este a histórico va camino de ser pulverizado durante 2025 por las previsiones al alza de las aerolíneas tradicionales, que operarán un 15 % más de plazas para atender la demanda, aún cuando las compañías low cost t ienen más peso por el volumen de pasajeros transportados. En este sentido, esta misma semana Ryanair, una de las principales aerolíneas que opera con Ibiza, ha desvelado que este verano ha programado 2,3 millones de asientos con Ibiza, un 3% más que hace un año. Estos datos, que no pueden aislarse del debate sobre la masificación, i,mpactan sobre el proceso abierto por el Govern para concretar y aplicar las medidas que den respuesta al «malestar social creciente de los ciudadanos» ante la saturación y diversas problemáticas derivadas de la actividad turística, como manifestó la presidenta Marga Prohens en septiembre.

Sostenibilidad.

Marga Prohens anunció entonces que adoptará «decisiones contundentes y valientes» cuya definición corresponde a las diferentes comisiones de la Mesa per la Sostenibilitat creada por el Ejecutivo que inició su andadura en mayo pasado y de la que recientemente se desmarcaron las formaciones de izquierda.

Cuando nos lo jugamos todo.

Definir el nuevo modelo turístico de Baleares no es tarea fácil al exigir acuerdos con actores de distinta naturaleza e intereses distintos e incluso contrapuestos. Significa virar el rumbo, sin interrumpir la navegación del transatlántico turístico. Nos lo jugamos todo: el destino que queremos ser, nuestro bienestar y el nivel de vida, el negocio hotelero y la oferta complementaria. Incluso morir de éxito, un escenario que nadie quiere, pero que está en el horizonte.