EditorialIbiza11/02/25 4:00
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Los constructores y arquitectos consideran fundamental que se agilicen trámites en la concesión de licencias. Esperas de varios meses, que pueden alargarse años, siguen desesperando a clientes y profesionales, como ha informado este periódico en su edición del lunes. Denuncian que cuando los constructores disponen de la licencia las necesidades de los clientes cambian y, por lo tanto, se generan situaciones muy complejas.

30 meses

Una encuesta del Colegio Oficial de Arquitectos de Balears revela que un promotor tarda unos 30 meses en conseguir el permiso para llevar a cabo una obra. En el caso de Sant Antoni, la concesión de licencias en suelo rústico, tanto las de nueva construcción, reformas, ampliaciones, legalizaciones o segregaciones son de apenas tres meses. Sant Josep afirma que con la nueva legislatura se encontró más de 3.500 expedientes sin resolver y quieren agilizar esta situación. En Santa Eulària se tarda de media unos seis meses en la concesión de una licencia.

Un problema detectado

A pesar de los esfuerzos que hacen los ayuntamientos, conseguir una licencia aún es un proceso demasiado lento. Se trata de un retraso mucho más injustificado ante el grave problema que existe en Ibiza y Formentera por la falta de viviendas. Hace tiempo que se denuncia que los trámites son demasiado largos, como denuncia el Colegio Oficial de Arquitectos de Balears, y lamentablemente se ha tardado demasiado tiempo en reaccionar. De nada sirve lanzar planes para que haya más viviendas disponibles cuando una licencia puede tardar hasta 30 meses en concederse. Si es un tema de personal no tendría que esperarse ni un día más en ampliar plantillas municipales. Si el problema es que las estructuras tienen demasiados vicios adquiridos o hay falta de organización, los responsables políticos deben hacer los cambios necesarios para cambiar estas dinámicas que son tan perjudiciales para promotores y propietarios de viviendas. Hace falta un plan real para reducir la burocracia y quizás en esta parcela también debería intervenir el Consell d’Eivissa e incluso la Conselleria d’Habitatge. La burocracia no puede suponer nunca un lastre para resolver los problemas de los ciudadanos.