El segundo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos se ha inaugurado de forma arrolladora. El polémico mandatario ha insistido en tomar el control del Canal de Panamá, que EEUU cedió hace unas décadas a aquel país y que ahora, según él, está siendo explotado por China, el principal competidor comercial y militar de la primera potencia mundial. Los inmigrantes mexicanos, tanto los que quieren cruzar la frontera como los que ya están en el país, son otro de los grandes objetivos de Trump, que ha anunciado deportaciones masivas y, de hecho, ya las está empezando a hacer, cumpliendo así con la palabra dada en campaña electoral. Sin embargo, ese afán puede chocar con sentencias judiciales, lo que paralizaría esas expulsiones forzadas. Tampoco Europa se ha librado de los dardos del nuevo presidente, que incluso podría haber confundido a España (o ironizado, no se sabe) con uno de los países ‘Brics’, próximos a Rusia y que rechazan el dólar como moneda de cambio. Trump exige que sus socios europeos aumenten de forma considerable, hasta el 5%, su gasto en defensa, para que la OTAN no dependa de las aportaciones militares estadounidenses.

Groenlandia, en el punto de mira.
Esa tirantez con la Unión Europea, contestada muy tímidamente por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha trasladado también a Groenlandia, una enorme isla que pertenece a Dinamarca y que Trump desea controlar por su acceso a la ruta del Ártico y los inmensos recursos de aquellas inhóspitas y gélidas tierras.

América primero.
Todo indica que se trata de guiños continuos a sus votantes, a los que aglutinó bajo el lema de ‘América primero’, aunque otra cosa es hasta dónde podrá llegar legalmente en sus promesas. La prueba de fuego será, tras la pacificación de Gaza, la guerra de Ucrania, que cumplirá tres años en febrero. Trump mantiene buenas relaciones con Putin y ha asegurado que acabará con el conflicto. La realidad es que, si bien tiene algunas ideas que pueden parecer disparatadas, es buen conocedor de la diplomacia internacional y sabrá jugar sus cartas.