El PSOE registró este viernes una proposición de ley que prohíbe ejercer la acusación popular a partidos políticos y asociaciones o fundaciones afines. Los socialistas impulsan esta iniciativa en un momento en que hay varios procedimientos judiciales impulsados por acusaciones populares sin el apoyo de la Fiscalía, entre ellos los que afectan a la esposa de Sánchez y a su propio hermano. El PP ha acusado al PSOE de intentar laminar el Poder Judicial, pero el hecho más relevante es que si se aprobase esta proposición de ley las investigaciones contra Begoña Gómez y David Sánchez deberían suspenderse, lo cual supondría un gran alivio para el presidente del Gobierno. La medida también afectaría al proceso abierto contra el fiscal general del Estado.

El hermano.
Durante las últimas horas se han difundido muchos vídeos sobre la declaración de David Sánchez ante la jueza que investiga si tuvo trato de favor al contratar como técnico en la Diputación de Badajoz. El hermano del presidente del Gobierno demostró que no sabía ni las funciones del departamento que supuestamente dirige y tampoco supo especificar si acudía a diario a su puesto de trabajo. Sin la acusación de la Fiscalía, a pesar de las muchas evidencias de que hubo trato de favor en la contratación del hermano de Sánchez, el proceso sólo sigue vivo gracias a las acusaciones particulares que el presidente del Gobierno quiere ahora desactivar, lo cual supone una invasión clara de la independencia judicial.

Demasiado lejos.
Ningún presidente del Gobierno español había sido capaz de llegar tan lejos como lo ha hecho Sánchez al cambiar el Código Penal para eliminar el delito de malversación en determinados supuestos y ahora suprimiendo las acusaciones particulares que permiten investigar las posibles irregularidades de su propia familia. Aunque es difícil que esta iniciativa del PSOE cuente con los apoyos suficientes para seguir adelante y ser aprobada en el Congreso de los Diputados, Sánchez pretende utilizar las instituciones del Estado y modificar las leyes para su propio beneficio personal. No es exagerado afirmar que Sánchez comienza a ser un peligro para la democracia porque no conoce los límites y sigue demostrando a diario de lo que es capaz para seguir en el poder. No tiene límites.