EditorialIbiza30/11/24 4:00
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Baleares superado a finales de noviembre los 5.200 inmigrantes llegados en patera, lo que supone triplicar la cifra de llegadas de todo el año pasado a un mes de acabar el presente ejercicio. En el conjunto de 2023 alcanzaron las islas 128 embarcaciones, con un total de 2.278 personas, lo que significa que, a falta de 33 días para acabar el año, ya se ha superado en un 125 % la cifra del ejercicio anterior. En el caso de Ibiza y Formentera, sólo desde septiembre a noviembre han arribado más de 800 inmigrantes, principalmente de origen magrebí, pero también hay personas de origen asiático, según ha informado la Delegación del Gobierno.

Sin freno.

El Govern ya avisó hace semanas que Baleares, especialmente las Pitiusas, va camino de convertirse en Canarias. Allí, sólo en un fin de semana de este mes la isla de Lanzarote, similar en tamaño y población a Ibiza, recibió a unas 2.000 personas a bordo de 50 embarcaciones y se está ocupando de unos 200 menas distribuidos en ocho centros. El portavoz del Govern balear, Antoni Costa, se refirió este viernes al problema de la inmigración irregular en Baleares, afirmando de manera tajante: «El Gobierno y la Delegación del Gobierno se lavan las manos; ésta es la pura realidad». En paralelo, Formentera, la que hasta ahora es la isla más afectada por la avalancha de pateras, sigue su recorrido para renunciar a la competencia de Menores porque tiene capacidad logística ni presupuestaria para poder afrontar la llegada de menores no acompañados.

Sin soluciones a la vista.

Govern, Consells y ayuntamientos, así como asociaciones de guardias civiles y sindicatos policiales, han alzado la voz para exigir soluciones al Gobierno de Pedro Sánchez, sin que éste ni el responsable de Interior, Fernando Grande-Maslarka, aporten soluciones. Mientras tanto, Baleares tiene un delegado del Gobierno y las Pitiusas una directora insular de la Administración General del Estado, vías directas con el presidente Pedro Sánchez, que lo único que hacen es ponerse de perfil y no unirse a las peticiones de ayuda de las islas a las que representan.